…O viraje sepia, por ejemplo.
¿Con cuál de estas tres fotografías te quedarías…?
Siempre que me planteo realizar una fotografía, me surge la misma pregunta/duda: ¿En color o en blanco y negro…?
Son tan distintos los resultados y a la vez tan iguales que es difícil tomar la decisión final. Ahora, todo esto se ha simplificado mucho con las postproducciones, con el laboratorio digital. Ahora es mucho más sencillo tomar la decisión final después de ver las dos fotografías terminadas, pues puedes tomarlas en color y posteriormente «revelarlas», con cualquiera de los distintos programas existentes en el mercado, y hacer una copia en color y otra en B&N, y una vez visto el resultado, decidir con cuál te quedas finalmente.
Antes de la fotografía digital, en la época de la fotografía analógica, se tenía que tomar la decisión de fotografiar en color o B&N antes de realizar la toma, mejor dicho, antes de salir a realizar las fotografías, pues se debía montar previamente el tipo de carrete que se iba a utilizar después. Así, una vez elegido el carrete, había que cambiar el «chip» en la cabeza recordando cual era el tipo de película que se llevaba para «ver» las posibles fotografías a realizar según fuera el carrete en color o en B&N, ya que no todas las fotos quedan bien según el tipo de soporte que se utilice, ¿o tal vez sí…?
Hay veces que necesitamos que la gente se fije en algo muy concreto de las fotografías que vamos a mostrar, queremos transmitir unas sensaciones determinadas, y una de las herramientas a nuestro alcance, además de la imagen en sí, es la elección de color o B&N. Ello va a contribuir a cambiar el mensaje de las fotos, de forma que el espectador se vea atraído por la realidad de la escena que nos mostrarían en color o por la fuerza de los tonos, líneas y formas que producirían las fotos en B&N.
Cuando pensamos en el tipo de fotografías que se pueden realizar en B&N, casi siempre pensamos en los retratos, y para ser utilizado el color, casi siempre, también, creemos que sería lo ideal para la fotografía de paisaje y naturaleza, pero la realidad de las imágenes que nos podemos encontrar nos hacen descubrir lo equivocados que estamos cuando tenemos una idea preconcebida de las cosas, de la vida… Así, y como ejemplo para reforzar lo que comento, podemos ver los maravillosos retratos en color de David Bailey (http://www.davidbaileyphotography.com/lifestyle/sc8t97m1rtsat8glfod3nrrqrch0fv) o las espectaculares fotografías del maestro del paisaje Ansel Adams (http://losamigosdelcrimen.blogspot.com.es/2012/08/ansel-adams.html) por poner dos de los cientos de ejemplos que existen.
La belleza de los tonos negros y grises, infinitos, que se saturan sobre el blanco del papel, le dan la fuerza y la magia al B&N. Aunque a un mundo sin color, le falta una dimensión de la realidad, ¿o simplemente es un cambio de medio creativo? Hay que cambiar la forma de ver, siendo más selectivo a la hora de «mirar» la composición. Hay que aprender a ver en tonos grises, prescindiendo de los colores, porque hay veces que los colores complican la escena, dando demasiada información y confundiendo el resultado final. La fuerza del color, a pesar de que los comienzos en fotografía fueran en B&N, cuenta con un refuerzo extra a la hora de contemplar las fotografías, siendo protagonista indiscutible de la imagen fotografiada, perdiendo parte de su magia si estas fueran realizadas en B&N. El color acerca las fotografías a la realidad.
Después de tantas vueltas, lo expuesto confirma el título de este artículo. «Color o blanco y negro: dilema eterno…»
Al final, como vemos, todo va en gustos, todo dependerá de lo que queramos transmitir, de lo que queramos contar con las imágenes que tomemos, de la forma con la que queramos expresar lo que miremos. Lo importante es seguir haciendo fotos y mostrarlas al mundo, aportando esos instantes fugaces que le arrebatamos al paso del tiempo, en estupendo color o en mágico blanco y negro, que eso será lo de menos…
Pero al final, dime… ¿con qué foto de las tres te quedas: virada, color o blanco y negro?