Tantas…
Tantas son ya las razones
que apenas encuentro razón
para añadir a razones…
Tantas…
Tantas son ya las mañanas
y nuestras noches en vela,
tantos son ya los recuerdos…
Que las razones no inquietan
si no las encuentro en viento,
que las razones me sobran
porque no hay razón en esto…
¡Que la razón es sencilla…!
¡La razón es que yo quiero…!
Y no hay que darle más vuelta,
que yo disfruto con ello.
Que a mí me gusta el paisaje
en el que mi Amor yo pierdo,
que a mí me gusta la tarde
verla ponerse a lo lejos…
¡Que eso es tener la razón,
y que la razón, yo llevo…!