…Y si mi voz te llama al sosiego,
a saborear el lento susurrar del Amor,
a tu motivo para seguir
en la nube de este sueño,
doy por bien empleado
su cometido de voz…
Y seguirá acunándote
para dejarte serena
con su calidez y su ronroneo,
para romper con estridencias
y solo recitarte versos…
Con tono amable y sereno,
yo voy contando en tu oído
los pasajes que la vida
nos va prestando entre sueños,
en nuestro lento camino
de la subida a los cielos…
Que mi tono cálido
a ti te entrego…
…Siempre me asomo a tu recuerdo,
esté dormido o esté despierto…
siempre pienso en el más bello lucero
como muestra encendida del Amor,
de un Amor lejano que no quiere ser extinto
por muy distante que esté en el cielo,
como en mí está tu recuerdo…
¡Siempre prendido…
Siempre luciendo…!