…Y si mi voz te llama al sosiego,
a saborear el lento susurrar del Amor,
a tu motivo para seguir
en la nube de este sueño,
doy por bien empleado
su cometido de voz…
Y seguirá acunándote
para dejarte serena
con su calidez y su ronroneo,
para romper con estridencias
y solo recitarte versos…
Con tono amable y sereno,
yo voy contando en tu oído
los pasajes que la vida
nos va prestando entre sueños,
en nuestro lento camino
de la subida a los cielos…
Que mi tono cálido
a ti te entrego…
…Siempre me asomo a tu recuerdo,
esté dormido o esté despierto…
siempre pienso en el más bello lucero
como muestra encendida del Amor,
de un Amor lejano que no quiere ser extinto
por muy distante que esté en el cielo,
como en mí está tu recuerdo…
¡Siempre prendido…
Siempre luciendo…!
Este poema me trae paz… Qué dulce, amigo.
Gracias.
De nada…
Pues de eso se trata, de dar paz a lo demás, que falta hace. Aunque solo sea durante un rato, pero todo aporte es bienvenido, ¿no?
Un abrazo.
Por supu 🙂
De nuevo, gracias.
Dulce y cálido poema
Un abrazo
Ramón
Gracias Ramón, es para relajarse del final del día…
Un abrazo.
Coincido con los adjetivos de mis predecesores opinantes: dulce y cálido. Sereno.
Un poema muy bonito, J.I.
Un abrazo.
Gracias Isabel.
Creo que con pensamientos así es más fácil encontrar un poquito de paz y de descanso en la mente.
Me alegra que te guste.
Un abrazo.
Bello, tierno y lleno de amor tu poema…feliz tarde, abrazos en la distancia
Gracias Alma.
Me alegra saber que te descansa el alma…
Abrazos para ti también.
Cuanto lirismo cromático y emocional. Hay que guardar esta escena para cuando los libros hablen de lo que era la naturaleza antes del calentamiento global. Saludos
Muchas gracias Gorrión de Asfalto.
Me alegra que te guste y te inspire tanto… La guardaremos para dentro de muchos años…
Saludos.