…Te tengo, solo te tengo
en la distancia, en el viento,
en las tormentas del cielo,
entre las hojas del suelo.
…Pero aún así, yo te tengo…
¡Que no te podré tocar,
que yo no llego y lo intento!
¡Que no te podré abrazar,
que eres la niebla del cerro!
¡Que yo noto tu presencia
que me cala hasta los huesos,
pero si quiero cogerte
te escapas de entre mis dedos!
…Pero aún así, yo te tengo…
¡Que tus abrazos son agua
que solo cala, y no entiendo…,
si ayer eran todo fuego
que derretían mis miedos!
Y todo es noche y misterio
y tú una sombra a lo lejos
que se confunde en mis sueños.
…Un beso que yo recuerdo
…Pero aún así, yo te tengo…
© 2014 J. I. Salmerón
Precioso poema.
Un abrazo
Muchas gracias Ramón. Me alegra que te guste.
Abrazos.
Ouch…
Juan, amigo, cuánta impotencia y cuánta ternura me transmite tu poema…. (vaya que sabes volcar el alma en tus escritos).
Gracias por compartirlo.
Snif…
Gracias Loretta. Intento volcar el alma, lo intento, lo intento… Si lo consigo, pues todo un acierto.
Es el tener y no tener, el «lo tengo pero no llego…» sabiendo que es prácticamente tuyo pero que no lo puedes tocar, que está a tu alcance pero la distancia física te impide tocarlo… Como las olas del mar vistas desde un acantilado. Como las nubes del cielo, que no llegas ni dando saltos… Es como cuando de pequeño veías el tarro de los caramelos arriba, en el armario, que sabías que era tuyo pero no llegabas a cogerlos hasta que tu madre te los alcanzaba…
Los amores imposibles, o muy distantes, son así, tan cercanos y lejanos a la vez, tan reales y a la vez tan imaginarios como en nuestras mentes los tengamos, pero siempre, siempre, los tenemos muy a mano, aunque solo sea en el pensamiento y en el alma… «…Pero aún así, yo te tengo…»
Gracias a ti por leerlo y comentarlo.
Apapachos fuertes… 🙂
Pues yo, chocha por leerte. Gracias a ti.
Vengan esos apapachos. Van otros de vuelta.
Gracias… 🙂
Pluma y luz nos ha dejado hoy dos excelentes creaciones: Un precioso y magnífico poema, y una maravillosa fotografía del «cielo empedrado». Gracias, Juan Ignacio.
¡Buen día!
Gracias a ti, Isabel, por pasarte siempre a leer y comentarme tus impresiones. Esto me enriquece a mí y a esta página con mis aficiones.
Intentaré seguir a la altura para seguir teniendo enganchada a la audiencia.
Un abrazo y buen día para ti.
Que buen poema y que perfecta descripción hiciste de el. Así quedó redondeada la entrada. De acuerdo: todo en la vida es efímero, lo tienes pero a la vez no, solo por un tiempo.
Un abrazo y sentidas letras para compartir.
Gracias Demiannicolas. Hay veces que salen así de redondos, así de sentidos. Hay veces que cuando los releo, a mí también me gustan, con lo crítico que soy con ellos…
Abrazos también para ti…
Bello poema, me ha remontado a mi adolescencia cuando leía encantada a mi querido Neruda. Gracias y un saludo para ti.
Muchas gracias, bellaespiritu. Me ruboriza esa comparación, qué más quisiera yo… Pero a la vez me llena de orgullo que pienses eso del poema leído. Me alegra haberte podido transportar a esos bellos momentos.
Gracias de nuevo.
Un abrazo.
Entre más te descubro, más me impresionan tus escritos…Sin saberlo eres transmisor de grandiosos mensaje. Tienes tanto que compartir y nosotros tanto que disfrutar!
Abrazote!
Ya veo que estás haciendo un repaso por todo mi blog. Muchas gracias por ello. Espero que te siga llegando al alma lo que encuentres por aquí dentro. Yo, mientras tanto, seguiré compartiendo esos mensajes que llevo dentro.
Agradecido por tus palabras de ánimo, Carol.
Fuerte abrazo
Sí, estoy con la intención de leer todo lo que has compartido para como bien dices, llenarme el alma.
Un abrazo.
Pues yo tan contento… Te agradezco que descubras todo lo que hay aquí dentro.
Un abrazo, Carol