…O vivir de añoranzas
por no poder compartir
los minutos que necesitan,
juntas, nuestras almas vivir…
Para poder respirar profundo y decir:
«…Hoy sí vuelvo a suspirar,
a soñar con mi amada…»
…Para acariciar las tardes
que lentamente,
como acuarelas en el agua,
se difuminan y escapan
detrás del último rayo
que de sol veo doblar
por detrás de la montaña.
…Y todos los poros abiertos de mi piel,
que es la que empapa a tantos,
a tan bellos recuerdos en mi ser…
…Y ese sentir, pequeño dolor pueril
que necesito sufrir
para saber que estoy vivo,
para sentir lo que digo,
poderlo así trasmitir
a corazones hambrientos
en estos lances del viento,
del corazón su vivir,
en esta suerte: sentir…
Tanto…
como si hoy ya fuera incierto,
que aún sabiendo que no he muerto,
mañana podré seguir
regalando y sintiendo este sentir…
¡Tantos…
tantos besos
que aún me quedan
por vivir…!