Nervioso el tiempo me tiene.
Vagando rápido, inquieto,
con pasos locos e inciertos
por no saber cuándo viene…
Aún no… ¡ahora te veo…!
Entre el metal y el cristal
te vi de pronto llegar.
Mi paso yo aligero…
Tu imagen entre un millón
reconozco al acercarme.
Tus ojos negro azabache
traspasan mi corazón.
¡…Y se pierde mi razón,
y todo mi nervio tiembla,
mi pulso en loca carrera
al ver llegar el vagón…!
Subo… No subo… ¿Qué hago…?
No pienso con claridad,
tú nublas mi realidad.
¡A la pasión hago caso…!
Subo al vagón, frente a ti.
Hoy llevas suelto tu pelo,
camisa blanca y vaquero
y sonrisa carmesí.
Me oculto de tu mirada…
¡Lo que me pidan daría
por verte, niña, algún día
junto a mi lado sentada…!
Esta timidez me mata…
¡Son tantos meses que espero
poderte dar un paseo
sobre mis sueños de plata…!
Llegamos a otra estación,
las puertas se abren y cierran,
y mi pasión junto a ellas
cierran y abren mi dolor.
Y llega ya tu destino,
que el mío ya se pasó,
y no digo hola ni adiós,
ni tan siquiera respiro.
¿Ana, Carmen, Beatriz…?
¿Cómo te podrás llamar…?
¿María, Sofía o Mar…?
¡Hoy vuelvo a ser tan feliz…!
Bajas y yo te acompaño,
aunque solo es la mirada
la que mis ojos traspasan
el cristal que es mi resguardo.
Y de nuevo allí me quedo
solo y con tanto dolor,
triste y muriendo de Amor
porque hoy tampoco te beso.
Esperando que mañana
cuando suba a este vagón
te pueda transmitir mi Amor
y sentirte enamorada.
Eres mi chica viajera,
la esperanza en mis mañanas,
la que a mi sueño acompaña
y es de mi Amor carcelera.
…Cierra de nuevo el vagón
las puertas de chapa y pena
y en esta cárcel con ruedas
condenas mi corazón…
Me encantó, parece la escena del tren en la película «El secreto de sus ojos».
Un abrazo para ti y saludos respetuosos al Doncel.
Muchas gracias, bellaespiritu, me alegro. La vida, al final, son argumentos de película, son fotografías en movimiento, son obras de teatro que todos protagonizamos…
Al Doncel le trasmitiré tu misiva, que el abrazo yo me lo guardo.
Abrazos de vuelta.
Preciosa! No me canso de leerte.
Besetes!
Mi agradecimiento por ello es enorme, María. Me alegra que pases un rato agradable con lo que escribo.
Mil gracias.
Fuerte abrazo.
Buenísimo…Como siempre.
Abrazos.
Muchas gracias, Stella. La compañía de tus palabras reconfortan y compensan la soledad en la que se escribe.
Abrazos en pago a tu fidelidad.
Gracias
Sigue soñando amores y versos, Juan Ignacio. Gracias!
Abrazos y buen día.
Que los sueños no se agoten o nos veremos perdidos… Yo seguiré aportando lo que sueño, despierto o dormido.
Gracias por estar siempre por aquí, Isabel.
Un abrazo fuerte
¡Pero qué versos más bonitos, Juan! Dichosa es aquella dama por recibir tanta admiración… Cuánto amor, en sus diferentes formas, se vierte en un pensamiento o en una mirada o en un deseo; y cuántas veces queda sólo allí, sin llegar a su destinatario. Cosas de la vida, cosas del amor… ¡Abrazo mayúsculo!
Hay tantas veces que callamos nuestros sentimientos, que los enterramos debajo de pesadas losas… Y mueren allí, casi siempre desconocidos y abandonados. Pero será así la vida, aunque no terminamos de acostumbrarnos…
Agradezco tus amables palabras y tu entusiasmo. Me alegro que te guste y que lo disfrutes.
Mi admiración a ti, como dama que eres.
Y un abrazo apapachado te mando (es que es ya tan tarde que me invento palabras y todo… :))
Así es, Juan… cuánto sentimiento oculto «por temor a», o por cuestiones diversas; es que en este mundo el prejuicio está a la orden del día, por tal motivo, muchas veces no nos permitimos ser espontáneos o crudamente sinceros. En fin…
Me gusta y disfruto, desde siempre y como siempre (tus trabajos son exquisitos).
Esta dama, agradecida. Gracias, caballero.
Apapacho, queridísimo amigo (suena bien lo de abrazo apapachado, jajaja).
Nos quitaremos poco a poco la coraza que nos rodea…
Me alegro que disfrutes con lo que hago, es el mayor de los halagos.
Un placer…
Pues tenemos nueva palabra en nuestro diccionario particular 🙂
Abrazos, Loretta.
Abrazo, queridísimo Juan.
🙂 😉
Bella historia contada en un poema. Yo creo que él tendría que decirle algo…quizá ella lo este esperando. Bss
Tendremos que ver qué es lo que opina ella de todo esto…
Que bello poema, Juan Ignacio! Sabes, me lleva a ese tiempo cuando iba en metro todos los días o casi, para ir a casa después del trabajo, y ves a gente que al final los ves cada día, y hay ese juego de miradas… así era. A ver si ocurre algo que te haga seguir escribiendo sobre esta guapa viajera! Besos!
Eso es lo que trato de conseguir con lo que escribo, que la gente se pueda identificar y sentir momentos ya vividos o imaginados, pero en cualquier caso revivir sentimientos.
Si lo consigo, perfecto…
Yo creo que sí, que ella tiene bastante que decir sobre este tema. A ver si la escuchamos pronto.
Muchas gracias por dejar tu parecer en mi rincón, es de gran valor para mi.
Un abrazo, Carmen.
Precioso, Juan Ignacio, !qué más puedo decir de este hermoso poema!
Un abrazo
Pues nada más, Ramón. Para mi es sobresaliente tu calificación con este comentario que agradezco enormemente.
Gracias y un abrazo