Las cosa hechas a mano tienen un encanto especial, tienen vida, tienen alma; porque la persona que la ha elaborado se ha dejado un pedacito de su ser en su creación. Las cosas hechas a mano te tocan el corazón, da igual lo que sea, material o intangible, como un recuerdo o un «te echo de menos» por teléfono, porque esto también está hecho a mano, con las manos del sentimiento. Me gustan las cosas en las que uno pone su voluntad, su entrega, su trabajo, su deseo, su tiempo. Y si, además, cuando se hacen se está pensando en la persona que las va a recibir, entonces cobran vida y pasan a formar parte del puente que unirá el artesano que las crea con el destinatario que las disfrutará, como estos dibujos que me regalaron mis sobrinos Paula y Guillermo, hecho a mano, hecho con sentimiento…