A veces…

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A veces,
cuando la noche me acoge en sus silencios,
me parece estar perdido en mitad del mar,
entre los susurros del mar,
acunado por su suave oleaje…

A veces,
me parece estar solo en la inmensidad
para poder decidir lo que está bien y mal.
Poner mis reglas, las que mi lógica dicta,
que para eso es mía.

Solo habría Amor y cortesía,
y buen humor, y poca envidia.
Todo sería a media luz,
sin estridencias  que impidan
ver con claridad los amaneceres,
las tardes entre lo verde,
y las noches blancas de luna fría…

Todos llevaríamos, en el bolsillo,
la esencia de la vida,
y así oler a cada momento
la tierra rebozada de un otoño de lluvia.

O la flor de más olor, esa rosa tan amarilla,
o los pinos de verde color, verde intenso de medio día,
o el olor a cielo azul cuando me besas la mejilla…

A veces,
cuando la noche me acoge en sus silencios,
todo mi corazón, sin saber cómo,
al acordarse de ti,
con más fuerza palpita,
al reflejarse en ti,
con más fuerza brilla…

© 2015  J.I. Salmerón