Cuando era joven, a eso de los veinte años, tuve una temporada que fumaba en pipa, y me gustaba. No solo fumar, sino todo el teatro que lleva a su alrededor el fumar en pipa: el tabaco «picao», los útiles para aplastar o escarbar en el tabaco, el encendido, y el manoseo de la pipa en las manos… Todo un arte, sin duda. Pero eso fue antes, ahora ya llevo 15 años sin fumar, aunque, a veces, lo sigo echando de menos, como a ciertos amores…
Gracias por tu comentario, fúmate una pipa a nuestra salud y, disfruta…
Nunca mejor dicho, también llamadas cachimbas, decían los entendidos que no todo el mundo era capaz de fumar en ellas. había que saber.
Tiene su técnica, desde luego. Pero es muy agradable.
Abrazos, Antonio
Muy bella estampa, has llegado al corazón de los fumadores. Saludos
Jejeje ya lo creo… Ahora casi son unos proscritos…
Gracias por comentar.
Abrazos, Manuel.
Jajaja, qué buen título!!
…Y cuenta la leyenda que lo pasaron verdaderamente pipa…
Yo tengo tres, una de ellas en la boca ahora mismo.
Cuando era joven, a eso de los veinte años, tuve una temporada que fumaba en pipa, y me gustaba. No solo fumar, sino todo el teatro que lleva a su alrededor el fumar en pipa: el tabaco «picao», los útiles para aplastar o escarbar en el tabaco, el encendido, y el manoseo de la pipa en las manos… Todo un arte, sin duda. Pero eso fue antes, ahora ya llevo 15 años sin fumar, aunque, a veces, lo sigo echando de menos, como a ciertos amores…
Gracias por tu comentario, fúmate una pipa a nuestra salud y, disfruta…
Un abrazo, José Ángel.
Por nuestra salud, pipa va.
Hasta aquí llegó el humo de esa pipa, José Ángel
¡Y olía tan bien…!
Elijo tabaco que no atufe demasiado a mi asistenta (real) ni a mi secretario (real cuando le apetece), buen olfato el tuyo.
Jejeje… Haces bien, por si acaso… Es que tiene un olor que me recuerda a buenos tiempos y me resulta muy agradable de oler.