Tu pecho derecho, luna.
El izquierdo blanco monte.
El valle que en medio cruza,
un jardín para mi noche.
Cuerdas de arpa son tus dedos,
música tus manos tienen
cuando acarician en mi alma
al rozarme sus canciones.
Y tus brazos son las ramas
donde mis sueños se enredan
haciendo de mi sentir
noches de amor placenteras.
Tus piernas, suaves cadenas,
de mi Amor son carceleras
apresando voluntades
hasta cumplir mi condena.
Pero si puedo elegir,
yo me quedo con tu río
donde mi boca se baña
cuando a tu beso me tiro.
Donde tus labios son barca
que impiden mi zozobrar
siendo tu boca la isla
de este Robinson de mar.
A mí me gusta trepar
desde el ombligo a tus labios
haciendo escala en tu cuello
donde mis besos regalo.
Atravesando tu espalda
cual beduino el desierto
muriéndome de la sed
por no llegar a tus besos.
Así pasamos las horas,
desde la cama mirando
cómo de estrellas fugaces
el cielo se va llenando.
…Volviendo a mi despertar
me ha abandonado mi sueño
donde jugaba en tus brazos
la realidad de tu cuerpo…
tu pecho derecho, luna.
Y tu mirar, mi sendero…
Hola Juan Ignacio. Felicitaciones por las fotos del otro día. Eres un artista. Por la foto de hoy ilustrando tu excelente poema. Me encanta. Te mando un abrazo.
¡Hola, Julie! ¿Ya las has visto…? Me alegro que te gusten, espero que te sirvan para recordar la magnífica tarde que pasamos y tu colaboración con Isabel. Será un buen recuerdo.
Me alegra que te gusten la foto y el poema. Te agradezco el comentario.
Muchos abrazos
Muy muy bueno. Me ha encantado.
Un abrazo y feliz fin de semana.
¡Hola, Javi!
Me alegra verte de nuevo por aquí, se te echaba en falta.
Gracias por tu comentario y por gustarte el poema. Me alegro.
Abrazos y buen fin de semana también para ti.
Que bonitos versos, Juan Ignacio, y me gusta mucho como terminas el poema.
No recibía tus entradas y me parecía extraño, así que he dado de nuevo orden porque recibirlas de nuevo.
Un abrazo muy fuerte.
Gracias, Isabel. Me alegra mucho saber que te gustan, de verdad.
Ya sabes cómo va esto de la informática, que unas veces va bien y otras, aparentemente sin tocar nada, pues no funciona. ¡Paciencia…! La cosa es que ya las recibes.
Muchos abrazos, Isabel
Un bello poema: para enamorar…para enamorarse.
Los poemas de Amor del alma