Pudiera ser que mi vivir fuera de verso.
Que la mirada de tus ojos, el Amor,
fuera profundo y delicado cual soneto.
Que la mañana una cascada de color.
La noche un libro de poemas por abrir.
Y la ventana, el mirador de nuestros besos.
Que aquella luna no me viera caminar
o que en el mar no se bañara tu sonrisa
hasta el partir de la marea entre lamentos.
Pero con llave no podrán nunca encerrar
esos escritos que aún me quedan por pintar
con las palabras que yo sienta tan adentro.
Puede que encierre un gran poema cada flor.
Que el ruiseñor cante de noche y no de día
por no encontrarse cara a cara con su sueño.
Que mis palabras sean viento que arrastró
aquella tarde que sin sol se despedía
acurrucada entre tus brazos y mis besos.
Pudiera ser hasta encontrar, que ya da igual,
entre los cuerpos encerrados y cautivos
aquellas almas que hoy se vistan con mis versos.
O que no viva junto a mí la inspiración,
que ya no busque su refugio en mi sentir
y que mis dedos no naveguen en sus sueños.
Que hoy mi poema reivindica soledad
y mis abrazos y mis besos son la estrofa
si el corazón quiere vivir de sentimiento…