…Ella oía su voz a través
de las hojas que arrastra
en la tarde el otoño.
Ella oía su huella y tal vez
la pasión al besar
el recuerdo en su rostro.
Y dejó de crecer su niñez,
su coleta en cintura
fue peinada de años.
La pasión que inundaba el ayer
se secó y ahora va
recogida en un moño.
Pero hoy ya no quiso llorar
que le ha visto pasar
sobre un sueño de noche.
Y el ayer se volvió a disfrutar
al asiento de atrás
el Amor de aquel coche.
Cuantas lunas arropan sus miedos,
cuantas ganas de amar
se han posado en sus dedos.
Cuantos besos y abrazos soñados
que se han vuelto a escapar
por cristales abiertos.
Y otro invierno que quiere llegar,
y otro sábado más
solitario acechando.
Y otra huella queriendo marcar
la pasión de aquel bar
donde ayer disfrutaron.
…Ella vuelve a esperar otra vez,
que no olvida el Amor
que cubría sus días.
Ella espera su voz tan azul
que la suba a su cielo
a volar todavía.
Ella oía su voz
alejarse furtiva…