La vida sigue rodando
y la memoria, con ella,
se pierde en el horizonte
donde solo está el ayer.
Pero tu recuerdo crece
pensando que los abrazos
y los besos que nos dimos
son parte de nuestro ser.
Esos labios…
De rojo caricia pidiéndome un beso.
Esos ojos…
Que escondían mirada, pasión y deseo.
Esa mujer…
Que esperaba el abrazo apretando mi cuerpo.
Esa imagen de Amor…
Labios y ojos cautivos de un tiempo
que yo siempre sueño.
La vida para y me quiebra
un deseo, y se marcha
el Amor sobre un río
de besos revuelto.
Y el verano de luna
en la noche, que fresca
de viento entre chopos
a los ojos miraba,
se esfumó para siempre,
no pude abrazarla otra vez
aunque hubiera querido querer,
se marchó de mi alma.
…La vida sigue rodando
y el corazón tras de ella,
aunque ya no sienta nada…
Como dice la ranchera: «una piedra del camino, me enseñó que mi destino, era, rodar y rodar……»
En este bagaje, espero tener siempre el recuerdo de algunos momentos muy especiales, en los que el corazón sintió intensamente.
¡Bonito poema!
Un saludo
Seguro que los buenos recuerdos perdurarán en el tiempo. Esos son los últimos que se pierden siempre.
Hay que seguir sintiendo, y queriendo.
Gracias, Make.
Abrazos