Es tan lenta esa canción
que va llenando la tarde
de recuerdos…
Los ojos perdiéndose,
las gotas sobre el ayer
que van mojando tu pelo.
Y de pronto el silencio…
Las palabras ya no están,
se fueron con ese viento.
La tarde se echó a volar,
el sol no aguantaba más,
murió tras pasar el cerro.
…Y yo siempre a tu espalda,
aguardando,
como la sombra de un roble
en tu vida.
Siempre delante de ti,
esperando,
como esa puesta de sol
que miras…
Era el reloj tan temprano
que el sol aún dormitaba
en brazos de la luna.
Y la noche, cargada de deseo,
se quiso recostar
sobre tu piel oscura.
Tus ojos, aún cerrados,
seguramente soñando,
atrapaban la pasión.
Los míos, siempre mirando,
rozando casi tus labios,
soñaban tu corazón.
Es tan lenta esa canción
que va llenando mi vida
de lamentos…
Saludos, Juan Ignacio, me alegra leer de nuevo tus poemas. Un fuerte abrazo.
A mí si que me alegra que tú los leas y que me lo cuentes, Isabel. A mí sí que me alegra…
Un abrazo.
¡¡¡Cuando leo tus Poemas llenos de Amor y sentimientos amorosos me alegras la tarde!!!
¡¡¡Hermoso Poema Juan Ignacio!!! Y muy linda la Imagen que lo representa!!!
Cariños y Buen Martes
Muchas gracias por el comentario, Rosita. Me alegra mucho saber que disfrutas con ellos, de verdad. Esa es mi principal intención, haceros disfrutar con ellos. Si lo consigo, es todo un éxito para mí…
Abrazos amoroso y con sentimiento.
Qué bello poema, nostalgia en otoño… y la foto, qué decir, bellísima.
Los recuerdos que nos ablandan por dentro.