La noche avanza despacio
y mi corazón,
todavía más lento,
se ha parado a descansar
mirando sobre la luna.
La lluvia llama entre tanto,
tocando suave,
detrás de los cristales,
Invitándome a bailar
agarrado a tu cintura.
Tú duermes, ojos cerrados,
seguramente soñando.
Yo aún me mantengo despierto
viendo de lejos tu cuerpo
cómo se marcha volando.
De esa dulce sensación
soñando que este recuerdo,
pleno de Amor,
va impregnando al corazón
inundándolo de besos.
Aún tengo lleno el cajón
de los abrazos pendientes
que nos debemos.
Aún sopla el viento esta noche
cargado de frío invierno.
Descansa mi corazón
en la almohada del olvido.
No hay más tiempo.
La noche se va hacia el mar
y al despertar, tú, ya te has ido…
Me muero con tus versos. Siempre son tan hermosos.
Agradezco mucho tu comentario, Melba. Saber que las palabras que escribo son de vuestro agrado es un placer para mi.
Gracias y abrazos.
Gracias a ti. Muchos abrazos de vuelta.
¡¡¡Hermoso Poema Juan Ignacio!!!
¡¡¡Cada vez lo haces mejor!!!
¡¡¡Gracias por compartir tan bellos escritos!!!
Un gran Abrazo…
Gracias a vosotros por leerlos, Rosita. Para mi es un placer escribirlos y compartirlos.
Abrazos
Qué bonito!!. Duerme tranquila mi amada, que yo velaré tu sueño. Es qué es tan bonito…
El guardián entre las sábanas…
Siempre tus palabras son bonitas, al igual que las imágenes con las que las acompañas.
Agradezco tu comentario, us4p, y me alegro que te guste lo que hago. Seguiremos en ello.
Un fuerte abrazo
Precioso sentirse cerca, aunque sea en sueños, con la complicidad de la noche…….Y deberse abrazos, es la escusa perfecta para volver a soñarse.
¡Feliz fin de semana!
Hasta el próximo poema, poeta.
La noche invita a la cercanía, a los abrazos, y a los sueños. Debemos aprovechar esos magníficos momentos.
Un abrazo, Make.
Hace tiempo que no entraba a la blogósfera y ahora tu trabajo me hace recordar por qué tanto extrañaba estos paseos. Gracias por toda la belleza que nos compartes.
…Y qué decir a tu comentario, Llave de Cristal, que pueda estar a su altura. Seguramente nada, tan solo leerlo una y otra vez hasta interiorizarlo en el alma…
Un verdadero placer contribuir a esos paseos tan agradables. Un verdadero placer compartirlos con vosotros.
Un fuerte abrazo