Puedes seguir escondida
tras los muros del silencio,
tras las ventanas cerradas
que hay en tu imaginación.
Puedes volverle la espalda
sin apenas entenderlo,
sin dedicarle el esfuerzo
que supuso aquel Amor.
Por más que cierres los ojos,
por más que empujes al tiempo,
los recuerdos van volviendo
reclamando su lugar.
Y aunque borres el paseo
con las yemas de tus dedos,
quedan huellas en el suelo
imposibles de borrar.
Y es que tú nunca olvidaras
aquellas tardes de besos.
Esos abrazos que el viento
empujó a tu corazón.
Aquellos sueños tejidos
con jirones de momentos,
de sentimientos clavados
en la palma de un adiós.
Y tú seguirás oculta,
tapada siempre de noche.
Sin estrellas que te brillen,
sin luna sobre tu mar.
Escondida como siempre,
esperando a que regrese,
sin saber que detrás tuyo
siempre estuvo a quién amar…