No somos nosotros mismos,
tan solo somos la imagen
que guarda nuestro equipaje,
que se refleja en los sitios.
En el cristal de una tienda.
En un pequeño charquito.
En ese espejo bonito
que usas al maquillar.
En el faro de una moto.
En el reflejo de un coche.
En la imagen de ese broche
pulido que has de llevar.
Pero nunca es esa imagen,
perfecta, la que esperamos.
Siempre los rasgos mudados
distorsionando el final.
Y no nos reconocemos,
las caras muecas parecen,
los ojos, bizcos, se tuercen
en imagen irreal.
…Observando quién se mueve primero,
mirándonos de soslayo,
como en pelea de gallos.
Como si esto fuera un juego
esperando que ganemos.
…Y siempre esperando
a ver quién da el primer paso,
nosotros mismos
o la imagen que se esconde
detrás del espejo.
Y siempre que espero,
no sé por qué,
pero pierdo…