Ella era la mujer sin tiempo.
Siempre deprisa, siempre corriendo.
Era su tren el pasar del reloj.
Y las manillas de los minutos,
el vagón donde viajan sus sueños.
Temía quedarse de pronto un día
sin tiempo bastante que disfrutar.
Siempre atrapada en la misma esquina,
esclava en lo eterno de los segundos.
Siempre el reloj apurándola está.
Por más que buscaba, no hallaba
una hora de más en su vida.
Los minutos pasando debajo,
y ella arriba, observando en el puente,
viendo el tiempo como se escurría.
Hasta que un día no pudo más
e hizo frente al pasar del momento.
De la aguja del reloj tiró,
y frenando con fuerza hacia atrás,
fue robando segundos al tiempo.
Desde entonces su vida cambió,
no tenía sentido ir deprisa.
Tuvo tiempo de saborear
cada rayo de sol, cada beso
de Amor, cada soplo de brisa…
Nunca más fue su vida un reloj.
No sería la mujer sin tiempo.
Los segundos se hicieron minutos,
y aprendió de nuevo a disfrutar
cada instante que vamos viviendo.
Ahora va regalando su tiempo
a la gente con la que se cruza.
La estación a su tren lo detuvo,
y ahora sabe bajar al andén
y esperar, porque no tiene prisa…
MUY BUENO
Hola, pippobunorrotri. Estoy contento de saber que te ha gustado.
Gracias por comentar y por pasarte a leerlo.
Un abrazo
Con todo el tiempo del mundo y sin prisa .
Eso es, Melani, sin prisa, que es como más se disfruta de todo.
Gracias y un abrazo, despacito…
🙂
¡¡¡ Precioso !!!
¡¡¡Qué lindo me ha gustado!!!..
¡¡Es un cuento verdaderamente hermoso!!!
Es así, hay que disfrutar cada minuto, sin prisa todo llega a su debido tiempo!!!
abrazos amigo…
Me alegro mucho que te haya gustado, Rosita.
Tiene moraleja, como cada buen cuento. Así que ya sabes, despacio, saboreando la vida, que dará más gusto hacerlo.
Abrazos
Tan importante es saber balancear el tiempo y a veces lo olvidamos. Pasamos la vida corriendo cierto es y olvidamos el mejor tiempo de nuestra vida, que es para nosotros mismos y nuestros seres queridos.
Muy hermoso. Para reflexionar
Hola, TERESA.
Gracias por pasar y comentar.
Me alegro que te haya gustado y que te haga reflexionar. La vida es para tomarla despacio, con sorbos pequeños, saboreando cada uno de sus momentos.
Un placer tenerte por aquí.
Un abrazo
A veces, una decisión es una liberación. ¡Me encanta!
Un abrazo
¡Hola, grojol!
Llevas razón, pero a veces la decisión es tan difícil que cuesta afrontarla.
Gracias por comentar. Me alegro que te guste.
Un abrazo