Y es que es este invierno que viene tan frío,
ese que a las hojas ahoga en el árbol,
ese que interroga a la noche tan pronto
que hace de ella dama sobre su reinando.
Con su larga cola en su vestido negro,
con ese misterio que encierra entre sombras,
como si cerrases de pronto los ojos
cuando al escondite contabas jugando.
Un abrazo helado sobre las espaldas.
Un beso mojado de su blanca escarcha.
Un sol que calienta sobre los cristales,
pero que en la calle, gélido te atrapa.
El invierno es frío, como lo es tu ausencia.
Como cada beso que hoy de ti recuerdo.
Sol de primavera cuando los hicimos
y hoy en la distancia, témpanos de hielo.
Hace en cada árbol su radiografía,
a través de ellos veo el cielo raso.
Solo quedan huesos hechos de madera,
nidos, que hoy vacíos, sueñan con llenarlos.
Todo va más lento de invierno mojado.
Todo se contagia de melancolía.
Todo de repente se encuentra cerrado.
Todo se hace noche, todo es apatía.
El invierno encierra a cada brasero
bajo la esperanza de mesas camillas.
Donde dormitamos junto a los recuerdos
de aquellos veranos calientes de risas.
Porque en este invierno, que viene tan frío,
solo tu recuerdo calienta mi sino.
Por eso en la tarde, cuando el sol se apaga,
yo me reconforto soñando contigo…