En silencio

Se hacía tarde y tú voz
se fue apagando en la noche.
Se hacía tarde el reproche
que se inundó de dolor.

La casa se despidió
de cada ventana abierta.
El sol dejó tras la puerta
oscuro en el interior.

Árboles mudos
agitan sus brazos sin voz.
Ríos que llenan sus cauces profundos,
lágrimas llevan
ahogadas de Amor.

Y tú y yo,
sin vivir nuevamente el Amor…
Y tú y yo,
sin saber dónde estuvo el error…

No quise ver la noche
levantarse tan temprano.
No quise que el mar viera
cómo decías adiós.

No quise que se asomara
la tarde al acantilado.
No quise ver mi pasado
al borde de su extinción.

Y tú y yo,
regalando palabras al viento…
y tú y yo,
sin mirarnos de frente a los ojos,
una tarde apagada de noche,
en silencio nos fuimos los dos.

©2018  J.I. Salmerón

Llueve en tu corazón

Ya sé que llueve y se moja
el corazón que tú guardas.
Ya sé que se empapa el alma
que llevas en tu interior.

Que las lágrimas descienden
sobre tu cara en cascada.
Que tus ojos, tristes, nadan
para escapar del dolor.

Pero la vida es así,
un río cuya corriente
te arrastra a ese mar de dudas
donde te crees ahogar.

Un huracán que te empuja
como a hoja seca de un árbol.
Tu voluntad va quebrando
llevada a cualquier lugar.

Tan solo déjalo estar.
Espera a que el cielo ceda.
Que salga el sol cuando quiera
y que caliente tu adiós.

Espera y verás de pronto
cómo la lluvia ha pasado,
muriendo el cielo nublado,
volviendo a brillar el sol.

Ya sé que se clava y duele
la ausencia que hay en tus ojos.
Ya sé que es cosas de locos
poder vivir sin Amor.

Que el vacío que se siente
no se llenará con nada.
Que hoy la luna no se para
dando a tu noche color.

Ya sé… que a veces a mí me duele.
Ya sé… lo que es vivir sin Amor.
Ya sé cuando llueve tanto
y el corazón va nadando
mojado en llanto y dolor…

©2018  J.I. Salmerón

 

Escondida

Puedes seguir escondida
tras los muros del silencio,
tras las ventanas cerradas
que hay en tu imaginación.

Puedes volverle la espalda
sin apenas entenderlo,
sin dedicarle el esfuerzo
que supuso aquel Amor.

Por más que cierres los ojos,
por más que empujes al tiempo,
los recuerdos van volviendo
reclamando su lugar.

Y aunque borres el paseo
con las yemas de tus dedos,
quedan huellas en el suelo
imposibles de borrar.

Y es que tú nunca olvidaras
aquellas tardes de besos.
Esos abrazos que el viento
empujó a tu corazón.

Aquellos sueños tejidos
con jirones de momentos,
de sentimientos clavados
en la palma de un adiós.

Y tú seguirás oculta,
tapada siempre de noche.
Sin estrellas que te brillen,
sin luna sobre tu mar.

Escondida como siempre,
esperando a que regrese,
sin saber que detrás tuyo
siempre estuvo a quién amar…

© 2017  J.I. Salmerón

Te estuve esperando

525-2

 

Te estuve esperando casi todo el día.
Y tú no llegabas.
Y tú no llamabas.
Y no te veía.

Y así, lentamente, se pasó mi vida.
Sin esos abrazos.
Sin esas miradas.
Sin ver tu sonrisa.

La espera fue tan cruel.
El tiempo no quiso volverme contigo.
No hubo luna de miel,
tan solo un recuerdo triste y abatido.

Si el destino es ciego, la suerte es esquiva.
No queda esperanza
de ver a tus labios
besar a escondidas.

Mi sueño soñado nunca fue vivido.
Solo las verdades
inundan las calles
donde nos quisimos.

Y otro otoño llegó.
Las hojas caducas de frío murieron.
Y tu adiós me dolió,
y dejó cicatriz en mi alma de nuevo.

Te estuve esperando y el sol ya dormía.
Y no hubo esperanza
en aquella noche
de hacerte ya mía.

Tú nunca viniste a traer tu sonrisa
y yo te esperaba
mirando a la luna.
¡Qué noche tan fría…!

© 2016  J.I. Salmerón

Tu recuerdo

063

…Como una nube blanca
en cielo de tormenta.
Como vivos colores
de flor en el invierno.
Como sombra en verano
donde el descanso empieza.

Así es en mí la ilusión
cuando tú no estás conmigo.
Así mis días de espera
hasta que venza el olvido.

…Como poner descalzos
los pies sobre la hierba.
Como el suspiro viaja
de tu boca a mi oído.
Como la dulce espera
si tus pasos se acercan.

Así es en mí tu recuerdo,
como esas gotas de Amor
que dejaste al despedirte
en ese abrazo de adiós.

…La noche se volvió oscura y tensa,
no hay luz en el cajón de los recuerdos.
La mano en la penumbra busca inquieta
tu pecho en su latir de otros momentos…

Como el súbito paso de una estrella
buscando en lo fugaz de su destino,
así mi corazón busca tu estela
hasta que en mi interior no haya latidos…

…Como una gran cascada
lanzada por el río.
Como el lobo le llora
aullándole a su luna.
Como de un huracán
su centro en remolino.

Así de inquieta mi alma
errante por el mundo
hasta que dé contigo…

© 2016  J.I. Salmerón

Doblan el tiempo los meses

Juan I. Salmerón

Doblan el tiempo los meses.
Hacen pasar esta vida
entre las hojas de días
de calendarios siguientes.

Y pasan los jueves lentos
en los que no puedo verte,
dejando tardes sin suerte
con este Amor de recuerdos.

Y pasan los labios suaves
por el viento, recordando,
imaginando, evocando
besos llenos de instantes.

Todos los años de otoño,
con hojas que caen al suelo
sin esperanza o consuelo
de completar este sueño.

Se escaparon los besos
del tormento del Amor
dando paso a aquel adiós
de la voz entre mis dedos.

Las hojas siguen cayendo
del calendario a diario
doblando meses y años
hasta que vuelva el tenernos.

Pasa otra hoja de ausencias
del calendario en mi suerte
sin dejar que pueda verte
para aliviarme las penas.

© 2016  J.I. Salmerón

Aunque llueva por fuera

Juan I. Salmerón

Dolió tanto el Amor al partir.
Se hizo tan pequeña y lejana
esa verde vereda…

Y la lluvia, en sus gotas, clavaba
tu adiós en mi cuerpo.
Y la vida, ya rota, a rodar
se dispuso en silencio…

Y vi pasar el ayer, a lo lejos,
sin mirarme a los ojos,
sin pararse a chalar
ni siquiera un momento.

Es posible que ya
no se acuerde de mí,
que no quiera traerme el ayer
en que fui tan feliz.
Quizá extraña mi aspecto.

Por las horas cautivas
que le hice sufrir.
Por los celos que tuve,
por dejarte partir.
Por doblar mi dolor
y llorar en silencio…

Ya lo sabe la noche.
Ella aún guarda el recuerdo
de tu andar, de mis besos,
del sentir de tus labios,
del temblar de mi cuerpo.

Aunque hoy,
no te pueda ya ver.
Aunque hoy,
no te traiga consigo
en su tren nuestro ayer.

Aunque llueva por fuera,
por detrás del cristal
de la acera,
aunque pase la vida,
siempre habrá junto a ti
un Amor esperando
en un alma cautiva…

© 2016  J.I. Salmerón

Tu encuentro

Juan I. Salmerón

Te vi acercarte de lejos
y tu sonrisa iluminó
por un instante mi cielo.

Solo quise que tus ojos,
cuando cruzaran los míos,
fueran de mirada eternos.

Y tus palabras, calladas.
Y tu respirar soneto.
Y que tus catorce versos
puedan mis labios beberlos…

Sentí caer esos copos
de nieve sobre el recuerdo
que difuminan tu cuerpo.

Y tu imagen poco a poco
se hizo difusa y lejana
entre tormenta de invierno.

¡Son tan cortos los minutos
que comparto junto a ti
que maldigo a ese reloj
que abraza tímido el tiempo…!

Solo las manos cogidas
tuvimos entrelazadas
unos escasos momentos.

Que nos faltó más valor
para decirle al Amor
que se abrazaran los cuerpos.

De nuevo vuelta al adiós.
Y otros dos tímidos besos
en las mejillas nos dimos,
junto a las bocas en celo.

Te vi marcharte de nuevo
y aquel cielo tan azul
se volvió gris por momentos.

Y mi sonrisa mudó
volviéndose desespero
al no parar ese tiempo.

De otro gran sueño despierto.
Que cuando sin ti yo duermo
siempre sueño con tu Amor,
por eso tanto te sueño…

© 2016  J.I. Salmerón

No pude verte partir

Juan I. Salmerón

No pude verte partir.
Y cerré mis ojos
como si ese triste momento
no fuera nunca a suceder.

Te marchaste despacio,
y nunca llegué a saber
si quizás fui yo
el que te dejara huir.

La mañana me tumbó,
y el frío de ese agosto
traspasó mi corazón
dejando hielo en mi recuerdo.

Yo volví sobre mis pasos,
que marcados en asfalto
de ilusión en su venida,
ahora en barro naufragaban.

Y mis lágrimas ahogadas
en la angustia del adiós
se bañaban con su sal
junto al mar de tu partida.

En mi mente esa canción
que escuchaba aquella noche
donde tu ser y mi Amor
al final ponían vida.

Y se olvidaron mis manos
de tu rostro en sus caricias.
Y tu voz enmudeció
como el viento que no silba.

Y después llegó la tarde,
y la noche, y otra tarde,
y otra vida sin razón,
y el pasar de un nuevo día…

No pude verte partir.
O quizás no quise imagen
que dejara en mi recuerdo
a tu amor en despedía…

…Todo sueño, en lo peor,
se convierte en pesadilla.
Fue lo mismo que tu Amor,
que yo esperaba un sillón
y no fue siquiera silla…

© 2016  J.I. Salmerón

No quise decirte adiós

Juan I. Salmerón

No quise decirte adiós,
yo no podía.
Preferí solo hasta luego
por si tiempo después
yo tuviera la suerte
al doblar de una esquina
de encontrarme contigo
y volvernos a ver.

Por eso fue mejor callar y así otorgar,
que no fueran palabras.
Y así mi corazón, dispuesto en la emoción,
en el adiós llorara.

Quizás fuera el Amor
que yo por ti sentía,
la angustia de perderse
de nuevo el corazón,
lo que impidió decirte
por miedo a tu partida
que en mí tu larga ausencia
sería un gran dolor.

El alma me imploraba que no te fueras,
ni adiós ni despedida.
Por eso procuraba no mirarte,
o no habría salida.

Tal vez sin un adiós
el sueño viviría.
-Sin una despedida
tampoco habrá dolor-
Que no fui yo consciente
que el sueño moriría,
que dio igual hasta luego
que haberte dicho adiós…

© 2016  J.I Salmerón

Tu olvido

Juan I. Salmerón

Se enganchó mi alma
en el alambre de espino
de tu olvido.

Y la herida dolió,
que no hay muerte peor
que ignorar que nos quisimos.

Se desangró mi corazón
y gota a gota fue tu adiós
el que borrara mi pasado.

Y fue el silencio
el que extendiendo su querer
me fue abrazando hasta matarlo.

Todo de pronto se paró
y hasta la vida en su correr,
como cascada de ese río,

dejó de pronto de avanzar
para mecerse en mi recuerdo
como remanso en remolino.

Ya no supiste más de mí,
ya no imploré que me durmieras
entre los brazos de tus besos.

Por eso huyó mi sentimiento
en ese barco que fue abril,
para alejarse poco a poco de tu cuerpo.

Y navegar en el adiós
desde las playas de carmín
que yo en tu labio como ola emborroné

al despedirme aquella vez
con lágrimas llenas de Amor
que hoy tristemente en mi recuerdo son ayer.

Que tu olvidar fue mi morir
y tu partida un gran dolor
donde mi alma fue sufrir
entre los dientes de un adiós…

© 2015  J.I. Salmerón

Nos despedimos de nuevo

Juan I. Salmerón

Nos despedimos de nuevo.
Y un frío helador,
tan enorme como un mar,
paralizó aquel momento.

Yo me marché.
Y mi boca, sin tu beso,
parecía no aceptar
aquel terrible destierro.

Hasta mis manos dudaban
si debían dejarte ir
o rogar, con caricias
bajo tu pelo,
otros tres instantes más
de tu risa en mi recuerdo.

Necesitaba abrazarte.
Que nos faltara el aliento
y que al mirar a tus ojos
viera en su fondo algún brillo
que suplicara de Amor
que no me fuera de nuevo.

Solo el silencio
y las ganas.
Solo ver cómo te alejas
tan despacio…
Solo ver como se aleja
tan deprisa
el palpitar de mi alma…

Dijimos adiós.
Y tu beso se marchó.
Y yo me quedé sin beso,
y mis labios
sin aliento,
y sin aliento mi voz.

Y me quedé sin abrazo
y tu cuerpo
no tembló.

Nos despedimos de nuevo.
Y aquel calor del encuentro
se envolvió de frío invierno
al despedirnos los dos.

Y mi boca, sin tu beso,
embargada de deseo,
solo lloraba el adiós…

© 2015  J.I. Salmerón