Ahora que no nos vemos,
ahora que tus ojos no miran mi corazón.
Ahora que estamos lejos,
ahora siento profundo el dolor.
Si tuviera la oportunidad,
si tu mano cogiera mi mano.
Si tu boca preguntara dónde está,
tal vez lo seguiría intentando.
No quedó tiempo para vernos.
No quedó risa en la cara dibujada.
No quedó Amor de un nuevo intento,
solo lágrimas y un triste adiós en las palabras.
Nunca entendimos por qué.
Nunca fuimos al final lo suficiente.
Siempre averiguando dónde fue
aquel barco de papel de nuestra fuente.
Tatuada está la piel de los recuerdos,
marcada siempre de besos mi cara,
unos surcos tan profundos que no puedo
borrar tus labios de carmín de mis entrañas.
Ya sabrás el lugar donde te digo,
ya conoces esas flores deshojadas
a quién tantas madrugadas preguntamos
si no estarían de verdad equivocadas.
Ahora que ya está oscuro.
Ahora que tañen las campanas moribundas de mi alma.
Ahora que siento el frío,
ahora creo recordar cuánto te amaba.