Tocarse con el recuerdo

Después de tanto quererte
aprendí que nuestro Amor
era tenerse de lejos,
tocarse con el recuerdo.

Era como dos orillas
de un río ancho y profundo.
Como un abrazo en el aire
sin pecho donde me hundo.

Es la distancia un penar,
una ilusión que no llega.
Es la estación de un invierno
en busca de primavera.

Solo la imagen robada
de aquellos buenos momentos
es la que guarda el bolsillo
sufrido del sentimiento.

No es bastante con Amar…
No es suficiente querernos…
Siempre estará este vacío
que hoy es mi fiel compañero.

No puedo contar en pasos
la distancia hasta tus besos.
Serían mares azules
sin playas en sus extremos.

No puedo contar en días
las ganas que hay por tenernos.
Los siglos no son bastantes
para contener recuerdos.

Cuando lo tapan montañas
el horizonte se pierde.
Incluso el sol se va antes,
como tu Amor y mi suerte.

Después de tanto quererte
me siguen entrando ganas
de saltarme esta distancia
para ser mar y tú playa…

© 2017  J.I. Salmerón

Un instante de Amor

Juan I. Salmerón

 

Amó la puesta de sol
a su lejano horizonte
a pesar de la agonía
de sus rayos al perderse.

Amó la leña el calor
que el fuego le producía
aunque ello fuera su muerte
convirtiéndola en ceniza.

Todo es Amor un instante.
¡El rayo que cruza el cielo!
Y después se hace de noche,
el instante es pasajero…

Amó la nieve al invierno
y de día quiso verlo
a pesar de que su luz
la derritiera en el suelo.

Amó la boca aquel beso
que le marcara los labios
aunque el sabor que dejó
fuera de adiós a su amado.

Todo es Amor tan fugaz…
¡Apenas un pestañeo!
Agua apretada en el puño
que no retienen los dedos…

Amamos cada segundo
como queriendo beberlo.
Amamos sin darnos cuenta
lo efímero que es hacerlo.

Ama la vida ese tiempo
que a nuestro lado pasea.
Ama el momento presente
por si mañana no llega.

Amó la noche el silencio.
Amó la luna su estrella.
Amó aquel gato en tejado
la gata que nunca viera.

Amó el segundo la vida.
Amó la pena tu ausencia.
Amó el final de esta rima
aquel papel donde muera.

Todos debemos amar
aunque el instante lo venza…

© 2017  J.I. Salmerón

Soy poco de hablar

Juan I. Salmerón

 

Ya sabes que yo soy poco de hablar,
que soy más de sentir las emociones.
Por eso nunca te dije te amo
aunque siempre lo estuviera pensando.
Por eso eran mi casa los rincones.

Soy más público atento que un actor,
más de observar parado que moverse.
Me encanta cuando pasas a mi lado
mostrando el movimiento desatado
de tu cuerpo al que muero por tenerle.

Mis ojos el cuaderno donde escribo
los versos con mi forma de mirarte.
Mi boca en su silencio fin de estrofa
donde no habrá salida de mi prosa
por no perder la magia de ese instante.

Yo soy más de cerrar fuerte los ojos
para exhalar profundo tu perfume,
robar tu aliento cuando dices hola,
mecerme con tu adiós como una ola,
y así seguir viajando con mi nube.

Más de solo de piano que de orquesta.
Más que copiosa cena, aperitivo.
Más que guerra prefiero una batalla
y luego ya pensamos, tras ganarla,
si para más pelea habrá motivo.

Seguro que perdí mil ocasiones
para robarte muchos dulces besos.
De tus abrazos huérfano he quedado
por no saber en su día expresarlo
y condenar tu Amor al mío preso.

Que soy poco de hablar,
que soy más de sentir,
y aunque hoy ya sea tarde
por fin te lo confieso…

© 2017  J.I. Salmerón

La espera valió la pena

Juan I. Salmerón

Cuando yo te conocí,
la primera vez que viajó
dentro de mí tu mirada,
sé que en ese mismo instante
yo a ti, ya te amaba…

Al notarte junto a mí,
como esa brisa tan suave
que empujando trae el aire,
ya sabía que tu Amor
era parte de mi tarde.

Y yo quise que tus pies
fueran raíz sobre mis días.
Y que los míos, errantes,
dejaran de caminar
en la huella que dejaste.

Por eso no te he de olvidar
aunque sea la intención
la que a veces me lo pida.
Tú vives en mi voluntad
siendo parte de mi vida.

Cuando yo te volví a ver
del invierno fue su fin,
y tus ojos al mirarme
fueron sol de la esperanza
en primavera.

Que el abrazo que nos dimos
nos unió con tanta fuerza
que al final un corazón
solo latió en esa unión
por tanta espera.

Y di la mano a tus labios
para perderme en su bosque
que tanto echaba de menos…
Mi soledad me dijo adiós,
hoy se marchaba muy lejos.

Quizás fue casualidad
que en la vida coincidieran
tu mirada y mi mirar,
pero desde aquella noche
mi vida volvió a empezar.

¡La espera valió la pena…!

© 2016  J.I. Salmerón

No encontré palabras

Juan I. Salmerón

Como hoy no encontré palabras
solo te mando un abrazo,
y un beso, y un despertar,
y un corazón alocado…

Porque hoy solo fue tu nombre
en que encontré en las palabras
que tantas y tantas noches
mi alma, inquieta, buscaba.

Como hoy no encontré tus ojos,
ansiados por mi mirada,
me acerqué a tocar tu cara
entre mis sueños de almohada.

Pasearon por tu rostro,
de tu mejilla a tus labios,
y allí solo el suspirar
se escuchaba entre mis manos.

¡Que no encontraba palabras
que al fin pudieran contarlo
y solo un soplo de Amor
se escapaba de mis labios…!

Mientras pienso qué decirte
yo te sigo, Amor, mirando
y mi mente, aún sin letras,
tan solo piensa en besarnos.

Que si es Amor lo que buscas
no necesitas hablarlo,
solo caricias y besos,
solo miradas y abrazos.

Y si no puedo decirte,
porque no encuentro palabras,
tan solo déjate amar
hasta que  te atrape el alba.

…Como hoy no encontré palabras
solo será el sentimiento
el que en ausencia de voz
te contará lo que sueño.

© 2015  J.I. Salmerón

Prefiero no pensar en lo que fuimos

580-2

Prefiero no pensar en lo que fuimos.
No hay nada que arreglar.
Al fin y al cabo,
aquello es lo que trajo este destino.

Prefiero no sentir profundamente.
No hay tiempo para amar.
Después de todo,
la falta de emoción no fue consciente.

De pronto se borró en mi alma ese dulzor
de aquel atardecer que fue paseo.
Amargos cual limón volvimos al vagón
que separo el “tú y yo” en nombres nuevos.

Y vimos bifurcar nuestros caminos
en cruel destino.
Y echamos a la espalda tantos años
de Amor vividos.

Y no supe de ti ni en los recuerdos.
Que no quise fingir.
De buena gana
hubiera convivido con tus besos.

Y tú no me encontraste o no quisiste.
No te gustó mentir.
Aunque hoy yo dude
si en cada amanecer mi sueño viste.

Pasaron estaciones por mi vida.
Y siempre el mismo andén.
Y nunca te encontré.
Y así yo mis billetes consumía.

Tal vez fueras la nube de ese cielo.
Y mis ojos al suelo.
Buscando tu pisar
detrás de aquella huella que hoy recuerdo.

Tratamos a la vida como a un perro.
Atada a una farola.
Muriéndose de miedo.
Sin agua y sin Amor como alimento.

Por eso ella pagó sin corazón
tu vida errante.
E igual moneda
a mí me devolvió por obstinarme.

…Y siempre una lección por aprender.
Cuando un examen no sabes leer,
palos de ciego…

© 2015  J.I. Salmerón

Yo quise amarte a solas y a escondidas

Juan I. Salmerón

Yo quise amarte a solas y a escondidas.
Desde tan lejos quise, Amor, amarte,
como puesta de sol en despedida
que alejada de luz se va en la tarde.

Aún quiero que tu cuerpo sea mío,
y tus abrazos nuevamente cárcel,
pero en esta distancia soy cautivo
y el largo caminar me vuelve errante.

Soy mar en un invierno sin sus olas,
arena que se va con la marea,
y tú sigues tumbada en esa playa
donde tu cuerpo fue isla y bandera.

Hoy somos como luces de una estrella,
distantes en el cielo, separadas,
pero de lejos veo yo tu brillo
y tú ves mi brillar, que te acompaña.

A solas y a escondidas, a distancia,
que no tengo otra forma de quererte.
Así va caminando, en la esperanza,
las ganas que mi Amor tiene por verte.

Pero este, nuestro Amor, será victoria
y el río que hoy separa, tendrá puente.
Y tu tierra y mi tierra, tan lejanas,
juntas verán crecer nueva simiente.

Por eso no dejamos de pensarnos.
Por eso nuestro Amor sigue escondido.
Y a solas, en recuerdo, nos besamos,
hasta que esta distancia sea olvido…

© 2015  J.I. Salmerón