Rodó la piedra al camino

Rodó la piedra al camino
buscando en la arena huella
donde tu pie de princesa
marcase su corazón.

Apenas sí tuvo en cuenta
que fue mi mano, y la pena,
la que tiraran la piedra
envuelta en tanto dolor.

…Y el pino dobló su verde en tu honor.
Inclinado por el viento,
que en tu perfume embriagó.

…Y el agua del río lloro y frescor.
Como tu risa aquel tiempo
que mi tristeza inundó.

La curva de la vereda
donde mi mano y tu mano
volaron alto y lejano
la tarde de nuestro Amor.

Volvió más recta mi vida
y el besar, sordo y amargo,
pasó de nuevo de largo
diciendo otra vez adiós.

…Y la tarde nuevamente mudó.
Haciendo del día noche,
queriendo ocultar tu Amor.

…Y la pena suplicó mi perdón.
Sentía haber sido eclipse
y ver morir a tu sol.

Rodó la piedra al camino
mientras al borde, el destino,
compartía mi dolor…

©2018  J.I. Salmerón

 

Vivir de añoranza

 

Era lágrima su rostro
mojando de pena amarga
los recuerdos que acudían
ahogando su corazón.

Sin duda que era la ausencia
la que pasaba factura,
la que dejaba las marcas
profundas por la emoción.

¡Tanto silencio atronaba la sala.
No había sol que el espacio llenara…!

Era de llanto su vida
dándola ya por perdida
acurrucando su alma
al más lejano rincón.

Era tan larga la cuesta,
tan pronunciada y funesta,
que no sentía las ganas
de luchar contra el dolor.

¡Cada palabra escondía su habla.
Solo un suspiro de adiós se escuchaba…!

Un río por su mejilla.
De nuevo el sol se apagaba;
hoy tan oscura su alma
y la mañana tan fría…

La pena marcó distancia.
Hoy era suyo el momento
dejándonos sin aliento
tan lejos de la esperanza…

¡Hoy el instante requiere templanza.
Solo nos queda vivir de añoranza…!

©2017  J.I. Salmerón