La dama del balcón

 

…Aún ve pasar aquellas cabalgatas
debajo del balcón donde vivía,
cogida de la mano de su padre
y asomada a la calle de puntillas.

Recuerda las carrozas decoradas
de los Reyes de enero siendo niña.
Aquellas que portaban los regalos
que bajo el árbol luego amanecían.

Aún le parece estar viendo de nuevo
a sus amigas jugando en el parque,
cómo llamaban gritando su nombre
pidiendo sin descanso que bajase.

Mirando desde arriba aquella calle,
cuando era poco más que adolescente,
cómo esperaba sentado en el banco
ese chico, su eterno pretendiente.

Mañanas de domingo en primavera,
bikini para tostar su moreno,
y cuando su madre se iba a la compra
en toples recibía al sol su pecho.

Primeros cigarrillos en la noche
compartiendo su humo con la luna
con esas bocanadas que transgreden
las normas aprendidas desde cuna.

Faroles sigue viendo engalanando
la plaza que desde arriba divisa
donde las noches de fiesta bailaba
entre amigos, cerveza, y sonrisas.

Hoy sigue viendo cómo pasa el tiempo
debajo del balcón que fue su vida
aunque se empape en lágrima el recuerdo,
aunque su mirada sienta perdida.

Por “dama del balcón” es conocida,
porque no deja un día de asomarse
para poder así parar su vida,
para que el tiempo, esquivo, no se marche.

©2017  J.I. Salmerón