Tríos

Siempre me gustó hacer tríos.
La luna, tu cuerpo, y mi Amor.
El sol, tus caricias, mis besos.
Siempre fuimos más de dos.

La tarde cuando estaba anocheciendo.
Las ganas de abrazarte en el salón.
La forma de expresar tu movimiento.
Siempre sumando uno al tú y yo…

Así fue el Amor vivido.
Al menos, que yo sepa, nuestro Amor.
Nunca solos en los sitios,
siempre había un gesto entre los dos.

Y aunque lo pareciera, nunca estuve,
no fui celoso de esa situación.
No me importó repartir mis caricias
entre tu espalda y mi imaginación.

Siempre se suma queriendo.
no importa si miran dos.
Al fin y al cabo, en lo oscuro,
tu cuerpo no ve el ruiseñor.

Siempre tuvimos algo a nuestro lado.
Ni siquiera en los bailes de salón
tu pecho con mi pecho se juntaron,
en medio siempre la respiración.

No había forma alguna
de estar los dos a solas,
la arena lo impedía,
como al mar con sus olas.

Ni siquiera en el asiento del coche
cuando nos regalábamos te quieros,
estábamos ajenos a la noche
sumando siempre tres, y algún lucero.

Siempre fuimos sumando,
tu y yo, y algún deseo.
Siempre estaba estorbando
la ropa entre los cuerpos.

Pero al ser multitud, y lo comprendo,
quisiste hacer un dúo en otro lado
y así tu corazón perdió el acento
dejando a nuestro Amor en el pasado.

¡La luna con mi Amor!
¡El sol junto a mis besos!
Ya solo fuimos dos
buscando tu regreso…

Hoy somos solo dos, yo y mi recuerdo.
Tu cuerpo se marchó junto a tu voz
No hay trío que formar junto a mis besos
Tu boca, y tu mirar, ya se cerró.

Siempre me gustó hacer tríos,
Pero hoy los llena el dolor
con tu distancia y olvido,
con ese Amor hoy perdido,
que siempre dio más de dos…

©2018  J.I. Salmerón

No me enamoró tu cuerpo

Juan I. Salmerón

 

Siento tener que decirte
que no me enamoró tu cuerpo
a pesar de que tus curvas
marearan mi cerebro.

No me sentía atraído
viendo desnuda tu piel
con esa escultural figura
de sirena medio pez.

No me gustaba tu pecho
ni tus caderas de vértigo,
ni tus piernas torneadas
sujetando el monumento.

Eso es tan solo otro cuerpo
como tantos que pasean.
Carne, sin más sentimiento,
que ha de convertirse en vieja.

No me enamoró tu cuerpo…

Yo me enamoré de ti
un poquito más adentro.
Me gustó tu corazón
que descansabas al sol
y era todo sentimiento.

Me enamoré de tu alma,
esa que sueltas al viento
para que encuentre volando
un nido donde hacer canto
a otro alma que sueñe intenso.

No me enamoró tu cuerpo…

Tu mirada me hizo preso.
Tus ojos me enamoraron.
Las palabras de tu boca
que cada tarde entre sombras
se me abrazaban hablando.

Me enamoró lo sensible
que eras sintiendo caricias
cuando mis dedos perdidos
entre tanto cuerpo frío
se encontraron con tu vida.

No me enamoró tu cuerpo…

Me enamoró tu sonrisa
tan alegre como el sol
que me decía riendo
bésame otra vez de nuevo,
bésame más, por favor…

…Siento tener que decirte
que tu cuerpo no logró
que en mí naciera el Amor,
que yo soy más de sentirte.

Sentir el alma y el son
que rigen tu corazón,
sentir que sientes igual,
sentir que sientes lo mismo…

© 2017  J.I. Salmerón

Te daría

Juan I. Salmerón

 

Si yo pudiera darte de regalo
el beso que tu boca se merece
tu corazón seguro que enmudece
y el pulso por tus venas desbocado.

Como la tarde que tu ayer recuerda
donde tu cuerpo temblaba en mis brazos
cuando mis besos bailando alocados
danzaban sin parar sobre tu boca.

Si yo pudiera también te daría
envueltos de regalo mis abrazos
para que entre los dos no hubiera paso
ni siquiera del aire que respiras.

Como la tarde en que los dos quisimos
que nuestros cuerpos solo fueran uno
tachando al respirar de inoportuno
por separar los pechos tan unidos.

Te obsequiaría con darte mi mano
y juntos pasear entre los charcos
flotando nuestro Amor como si un barco
nos alejara lejos de este otoño.

La paz cuando te pienso te daría,
mi voz si estoy en versos recitando,
mi risa cuando a ti te estoy mirando,
mi piel cuando la erizan tus caricias.

Pero yo siento que no es suficiente,
que no te ofrezco tanto como vales,
que no tendré moneda que te iguale
para poder pagar lo que mereces.

Por eso sigo siempre yo pensando
qué cosas más pudiera regalarte,
de qué manera puedo yo mimarte
para que no te vayas de mi lado.

Tan solo un alma tengo por fortuna,
tan solo un corazón enamorado,
si tú los quieres yo te los regalo
aunque vacía se quede mi vida…

© 2016  J.I. Salmerón

Te olvidarás

Juan I. Salmerón

Te olvidarás de mis besos
de mis ojos y mi cara.
Te olvidarás de que un día
fui el trovador de tu alma.

Te olvidarás del abrazo
entre las sábanas blancas
donde tu cuerpo y mi cuerpo
mil historias se contaban.

Seguro que de mi mano
cuando tu pelo enredaba
y con sus dedos inquietos
tus labios acariciaban,

Cuando corrían desnudos
desde tu pecho a tu espalda,
olvidarás sus caricias,
olvidarás que te amaban.

Y de mis sueños y anhelos,
de esas noches embrujadas
que guardamos su recuerdo
debajo de nuestra almohada,

Te olvidarás que durmieron
noche tras noche hasta el alba
como un día olvidarás
volver de nuevo a esta casa.

Apuesto que olvidarás
a todas esas palabras
que entre pliegues de poemas
en versos te regalaba.

Las que presas de un papel
a tinta y lápiz marcadas
esperaban el indulto
de tu voz al recitarlas.

Incluso puede que un día
al despertar de mañana,
ya no logres recordar
dónde se han ido a parar
los besos que yo te daba.

Un día te olvidarás
y no podrás recordar
que mi Amor a ti te amaba…

© 2016  J.I. Salmerón

Sí, ya sé…

319

Sí, ya sé…
Que yo ya canso.

Ya sé…
Que soy como los inviernos
que parece duren años,
que cansan sus cortos días
y que su frío,
al tiritar de las almas,
las congela y hace daño.

Ya sé…
Que solo la primavera
y el calor de un buen abrazo,
a tus besos,
gélidos y alejados,
los sacan de su letargo.

Ya sé…
Que este frío, en la emoción,
no deja que nos juntemos
hasta que vuelva el calor,
ese que porta pasión,
a abrazarse en nuestros cuerpos.

Pero si quieres caliento,
y me volveré verano,
y alargaré así tus días
con soles y con abrazos.
Que volarán las caricias
que tú andas necesitando.

¡Que yo seré tu descanso…!

Sí, ya sé…
Que de tanto repetirlo,
de tantos besos que doy,
de tanto que yo te abrazo,
yo, ya canso…

© 2016  J.I. Salmerón

Tus labios y tu besar…

094

…Tus labios son a tus besos,
del jardín, puerta de entrada.
Tus besos son a mi vida
la más dulce melodía
que escucha cada mañana…

En su labio superior
dos montañas sonrosadas
pidiendo a gritos su sol,
comienzo de un corazón
que en tu boca es dibujado.

Abajo, en el inferior,
profundo valle encarnado,
laguna roja de Amor,
ausente boga el dolor,
y me abandono a sus brazos.

Tus labios y tu besar…
Al despertar tus mañanas
son esos montes que escalo,
y la laguna en que nado
en noches de seda y plata.

Son esa puesta de sol
tus labios enrojecidos
donde tus besos, cautivos,
que escapan como suspiros,
piden a gritos mi Amor.

De noche buscando estoy
con ese impulso travieso
de nuevo todos los besos
que entre labio y labio advierto
encerrados como flor.

Y mis caricias los abren,
y tus besos a mi alcance
escapando de esa cárcel,
buscando su libertad
junto a los míos sedientos.

Tus labios y tu besar
en mis sueños siempre están…

 

©2015  J. I. Salmerón

Siempre estaré dispuesto

043

 

…Siempre estaré dispuesto
para nuestros intensos bailes
llenos de mimos, llenos de besos,
llenos de caricias y de flores bellas
que nos adornen el paso lento,
que irán dibujando nuestros cuerpos
a ritmo de sueño eterno…

…Siempre estaré dispuesto
a juntar nuestras almas y nuestros besos,
siempre querré decirte con los ojos
que este mar que tú tienes enfrente
te acunará en tus sueños
como mar en calma, mar de cielo…

…Siempre estaré
como destino de tus destierros,
esperando a las maletas de tus sueños
para dejarlas en el cajón de mi alma,
en el lado izquierdo, donde guardo
a los amores más secretos…

…Siempre mis brazos dibujarán
el sillón donde tu cuerpo se entregue
al descanso merecido del guerrero,
donde dormiten tus penas
y descansen tus momentos duros
de los días de infierno,
donde te sientas cómoda
y a salvo de las lluvias y los vientos…

¡Siempre estaré dispuesto
a bailarte lento…,
sintiendo nuestras almas…,
sintiendo nuestros cuerpos…!

© 2014  J. I. Salmerón

Aunque se acabe tu día…

016 (2)

 

No te entristezcas, preciosa,
porque termine tu día,
porque lo veas fundirse
como tarde en lejanía.

Que otros muchos ya te esperan
¡y mejores todavía!
Que en el saco de tu vida
aún te caben melodías

¡Y bellos atardeceres,
y arboledas que cobijan
los amores trasnochados
del ímpetu de las brisas…!

…Y crecerán con nosotros
cada uno de tus días,
y tú crecerás con ellos
y mirarás desde arriba.

Y regalarás tus besos
como flor de margarita,
y volará terciopelo
a los labios y mejillas

de los que tengan la suerte
de recibir tus ternuras,
en forma de fina lluvia
floreciendo así sus vidas.

¡…Que no nos puedes dejar
sin alimento, mi niña,
dejarnos sin el manjar
de tus besos cual caricias..!

© 2014  J. I. Salmerón