Chica
Viajar junto a mí
Siempre viaja delante,
junto a la ventanilla.
Siempre viste de blanco,
le contrasta su piel.
Siempre mirada ausente,
con sus sueños perdida.
Siempre mira a lo lejos
por si le vuelve a ver.
Pero en cada parada
que pasa por su vida,
no hay rastro que le diga
donde está su querer.
Y de nuevo sacando billete
para un nuevo viaje.
Y de nuevo un asiento vacío
que se encuentra otra vez.
Y de nuevo se hunde la risa
que habitaba en su cara.
Y la lágrima que hay encerrada,
se dispone a volar.
Su tesón no le deja
ver que luego hay un bosque.
Ella solo ve el árbol
que le impide mirar.
Es como ola de playa
que se enreda en la arena.
Sin darse cuenta apenas
que hay que volver al mar.
Si ella diera la vuelta…
¡Si mirara que yo siempre voy a su lado!
Si ella se diera cuenta…
Si pensara que yo puedo en su sueño estar.
Y de nuevo llegamos
al fin de parada.
Yo me bajo en silencio
y ella no me va a hablar.
Y de nuevo las ganas me traigo,
hoy tampoco le pude decir…
Que si ella quisiera,
hay un sitio que yo siempre guardo.
Hay un sitio vacío a mi lado
por si quiere viajar junto a mí…
©2018 J.I. Salmerón
Rebajas
Te conocí en las rebajas
comprándome unos zapatos.
Tú paseabas melena
y bolso gris bajo el brazo.
Rubia hasta un punto platino.
Rubio sin trampa ni engaño.
Pantalón y blusa a flores
de colorido estampado.
El perfume era discreto
pero acababa enganchando.
Florales notas intensas
como jardines en mayo.
Primero fueron tus pasos
los que yo intuí a mi lado.
Ligeros y a la vez firmes.
Serenos pero apretando.
Pero lo que más recuerdo
fue ese verdor al mirarnos.
El campo de primavera
que tus ojos regalaron.
Era entre pícara y limpia
tú mirada, casi ingenua.
Era esa intensa alegría
que fulmina cualquier pena.
Tu cuerpo era de ese mimbre
que sobre el río cimbrea
bailando todas las tardes
al son del aire en la arena.
Y tus labios el descanso
del guerrero que guerrea.
Y tu risa la victoria
de cualquier guerra que pierda.
Según llegaste te fuiste,
como una sombra en la acera.
Y ni a preguntarte el nombre
me dio a mí tiempo siquiera.
¡Y verte partir dolió…!
Aunque como imagen fuera
la mejor que estos dos ojos
hace tiempo que ellos vieran.
Por eso, siempre que puedo,
cuando anuncian las rebajas,
voy a la zapatería
y me siento por si pasas.
Y allí me paso las tardes
entre tacón y puntera,
entre suelas y cordones,
escuchando a las clientas.
Para volver a sentir
esas pisadas inciertas.
Por oler a flor de fiesta.
Por ver esos ojos verdes
entre tu rubia melena…
©2018 J.I. Salmerón
Espera, quizás venga…
Sueño rosa
Sentada bajo ese cielo,
de espaldas a todo el mundo.
Brazos y dorso desnudos
y rosa todo tu pelo.
Pensaba en nada concreto,
tan solo el tiempo pasaba.
Un perro blanco ladraba
suelto de dueño en el suelo.
Te dije que me gustabas,
aunque la voz fuera dentro,
como un triste pensamiento
que no encontrara palabra.
Pero estuve imaginando
todo lo que te diría
al despertar cada día
después de estarte soñando.
¡Rosa es tu piel, lo adivino…!
¡Rosa es tu voz cuando me hablas…!
¡Rosa mi suave caricia
cuando recorre tu espalda…!
Seguía detrás de ti.
Seguía en ti imaginando
a cada beso volando
buscando ser tu elixir.
Pero como eras un cuento,
una fábula, sin más,
llegó tu triste final
acabando el argumento.
Tú te fuiste del lugar
dejando el sitio vacío,
y yo seguí con lo mío
que por lo visto, es soñar…
Desde entonces voy buscando,
cuando el sol casi se ha puesto,
a una mujer, pelo suelto,
que tiña en rosa, soñando.
Pero no logro encontrarte
por mucho que ando la acera.
Serás de nuevo quimera,
un sueño será alcanzarte…
© 2017 J.I. Salmerón
Los martes al sol
La misma fotografía
Me llamaste la atención
al verte subir la cuesta.
Vestido blanco de fiesta
y pelo a lo Marilyn.
Y lo que más me gustó
fue ese ojo tan bonito
enfocando al infinito
de tu cámara sin film.
Enseguida comprendí
que eras de imagen ladrona
haciendo toma tras toma
en cámara digital.
Nos conectaba el Amor
por el paisaje tan bello,
en vertical tu destello
y mi encuadre horizontal.
Por eso al verte ahí
haciendo la misma foto,
y aunque me taches de loco,
fue que yo me enamoré.
Así que haciendo lo mismo
quise robarte una foto
poniendo en tu cara foco
volviendo eterno el ayer.
La imagen que nos unió
no pudo ser tan casual
por eso en tal para cual
es hoy letra de un poema.
Tú seguiste con tus fotos
y yo seguí con las mías,
y aunque han pasado los días
sigo soñando la escena.
Me llamaste la atención
y ni yo te vi la cara
al tenerla tan tapada,
ni tú me viste la mía.
Es lo que tienen las cosas
de cruzarse por la calle,
es lo que marca el detalle
de amar la fotografía…