Te invito

Te invito a que bailemos esta noche.
A eso de las doce estaría bien.
Hora mágica que se balancea
entre el pronto mañana y el ayer.

Te invito a pasear por la ribera,
bajo la sombra móvil de los chopos.
Aquellos que ocultaban nuestros besos
entre sus hojas verdes y sus troncos.

Te invito a compartir todos tus sueños,
aunque intuyas que muchos no se cumplan.
Que lo mismo esa estrella inalcanzable,
cuando menos lo pienses, será tuya.

Te quiero yo invitar a despeinarte
cuando en mi moto te subas un día
y sientas como el viento va meciendo
tu cuerpo, y a tu cara la acaricia.

Yo no reparo en gastos y te invito,
aunque para ello empeñe todo el alma.
Te invito a apretarte entre mis brazos
hasta que el corazón rebose calma.

Te invito a que me mires, en silencio.
Te invito a que navegues en mis ojos.
Te invito a que se pierda tu firmeza
y entregues cuerpo y alma poco a poco.

Entonces, voy poniendo melodía.
Aquella que dijimos de bailar
y, por las circunstancias de la vida,
tan solo pudimos tararear.

Recuerda entonces, niña, que te invito,
te invito a que bailemos otra vez.
Pero esta noche los cuerpos pegados,
nada de imaginarnos piel con piel.

Me parece un gran acierto esta idea,
y da lo mismo quién invite a quién.
Lo que quiero es que esta noche bailemos
¿Y a ti, di, te parecería bien…?

© 2017  J.I. Salmerón

La vida sigue rodando

Juan I. Salmerón

La vida sigue rodando
y la memoria, con ella,
se pierde en el horizonte
donde solo está el ayer.

Pero tu recuerdo crece
pensando que los abrazos
y los besos que nos dimos
son parte de nuestro ser.

Esos labios…
De rojo caricia pidiéndome un beso.
Esos ojos…
Que escondían mirada, pasión y deseo.
Esa mujer…
Que esperaba el abrazo apretando mi cuerpo.
Esa imagen de Amor…
Labios y ojos cautivos de un tiempo
que yo siempre sueño.

La vida para y me quiebra
un deseo, y se marcha
el Amor sobre un río
de besos revuelto.

Y el verano de luna
en la noche, que fresca
de viento entre chopos
a los ojos miraba,

se esfumó para siempre,
no pude abrazarla otra vez
aunque hubiera querido querer,
se marchó de mi alma.

…La vida sigue rodando
y el corazón tras de ella,
aunque ya no sienta nada…

© 2016  J.I. Salmerón