Tu pecho derecho, luna

Juan I. Salmerón

Tu pecho derecho, luna.
El izquierdo blanco monte.
El valle que en medio cruza,
un jardín para mi noche.

Cuerdas de arpa son tus dedos,
música tus manos tienen
cuando acarician en mi alma
al rozarme sus canciones.

Y tus brazos son las ramas
donde mis sueños se enredan
haciendo de mi sentir
noches de amor placenteras.

Tus piernas, suaves cadenas,
de mi Amor son carceleras
apresando voluntades
hasta cumplir mi condena.

Pero si puedo elegir,
yo me quedo con tu río
donde mi boca se baña
cuando a tu beso me tiro.

Donde tus labios son barca
que impiden mi zozobrar
siendo tu boca la isla
de este Robinson de mar.

A mí me gusta trepar
desde el ombligo a tus labios
haciendo escala en tu cuello
donde mis besos regalo.

Atravesando tu espalda
cual beduino el desierto
muriéndome de la sed
por no llegar a tus besos.

Así pasamos las horas,
desde la cama mirando
cómo de estrellas fugaces
el cielo se va llenando.

…Volviendo a mi despertar
me ha abandonado mi sueño
donde jugaba en tus brazos
la realidad de tu cuerpo…

tu pecho derecho, luna.
Y tu mirar, mi sendero…

© 2015  J.I. Salmerón

Paseabas hoy mi sueño

Almendros 020

 

 

Paseabas hoy mi sueño,
como la sombra en la tarde
pasea el camino, lenta,
bajo las ramas y flores,
en febrero, de un almendro.

Ayer mi sueño era plácido,
no había sombras de invierno.
Que calientan más tus besos,
los de las cálidas tardes
que atesoran mis recuerdos.

A mi espalda, tu sombra siempre.
A mi espalda, se abraza tu recuerdo.
Tus pies a mi cintura.
Tus manos a mi cuello.
A mi espalda, tu Amor me va siguiendo…

Soñé que soñaba un sueño.
Soñé que el sueño era eterno.
Soñé que las ilusiones,
las que vagaban cual huérfano,
se guarecían en ellos.

¡Que tus besos me enjaulaban,
que me quemaban por dentro,
y que solo aquella sombra,
que me cubría el deseo,
apagaba ayer mi fuego!

A mi espalda, tu sueño espero.
A mi espalda, se funden tus “te quiero…”
Tus brazos me detienen.
Tus ojos son mi dueño.
A mi espalda, tu Amor me va mordiendo…

…Paseabas hoy la tarde,
como la sombra de un sueño…

© 2015  J. I. Salmerón