El regalo

Te pregunté qué querías
en tu cumpleaños de regalo.
Qué es lo que te gustaría
que, yo a ti, te pudiera comprar.

Qué vestido, joya, o viaje
querrías tú para celebrarlo.
Cuál es tu ilusión primera
que por fin te pueda regalar.

Y tú, sin dudar siquiera
ni un solo segundo en responder,
me dijiste que querías
versos escritos sobre un papel.

Que te gustaría, claro,
siempre que ello fuera posible,
besos de Amor en los labios.
Y un cálido abrazo ¡imprescindible!

Pasear mano con mano
entre hojas de chopos sin dueño.
Y encontrar sobre las nubes
la cama donde habitan los sueños…

¡Por eso voy buscando
entre palabras huecas
aquellas que más peso
tuvieran para ti!

¡Y en mi boca, los besos,
de Amor ya están cargados
para que al entregarlos
tú sientas frenesí!

¡Y en cuanto a los abrazos,
no se me han olvidado.
Serán como recuerdas,
abrazos de pasión!

¡Abrazos que traspasan
el alma al abrazarlos,
dejando dulce huella
dentro del corazón!

¡Y luego los paseos,
tu mano entre mi mano.
Y esos chopos sabiendo
que eres dueña de Amor!

¡Para al fin, en las nubes,
de nuevo, levitando,
culminen esos sueños
que soñamos tú y yo…!

Aún no sé si preguntarte
qué regalo quieres que te haga.
Me da miedo adivinarlo
y que el sueño termine en la verdad.

Yo te los regalaría,
pero tú ya sabes que no puedo,
tan solo soy un buen sueño
y los sueños no son la realidad.

Pero sí puedo ofrecerte
volvernos a ver a media noche,
cobijados en tu sueño,
bajo el gran manto de la irrealidad.

Y allí disfrutar de nuevo
de paseos, abrazos, y besos.
De los regalos que tengo
para que tú los puedas disfrutar.

©2018  J.I. Salmerón

 

Como copos de nieve

Hoy dio comienzo mi vida
hace ya… bastantes años.
Un frío día en febrero.
Según me cuentan, nevando.

Y a mí el nevar me recuerda
el tiempo que va pasando.
Cada copo es un segundo
de esta vida en la que andamos.

Hoy, como en aquella noche
que en lo oscuro me alumbraron,
los minutos han caído
dejándolo todo blanco.

Y mi mente se ha hecho niño,
y mis ojos han llorado
recordando cuántos copos
por mi vista ya han pasado.

Ya sé que hay gente que cuenta
su vida en hojas de árbol,
o en uvas, si fue septiembre
el mes en que fue creado.

¡O en chapuzones de río…!
¡O en brazadas de un gran lago…!
¡O en olas de un mar bravío,
o el los reflejos de un charco…!

Cada uno, sus minutos,
los cuenta como le vienen.
Los míos son agua helada
que forman copos de nieve.

Lo importante es avanzar,
cruzar valiente esta vida.
No desfallecer jamás
luchando día tras día.

Ir sin correr, al trantrán.
Por llegar, no tener prisa,
que una vez en el final
se terminó la partida.

Por ser hoy mi aniversario
cumpliendo con esta vida,
sigo contando los copos
de nieve que multiplican.

Y la vida continúa.
Y nosotros a su grupa.
Haciendo del viaje sueño,
soñando no llegar nunca…

© 2018  J.I. Salmerón

¡Felicidades, Paloma!

121-2

Para Paloma, mi hermana, que hoy hace años que nació igual que lo hace el sol, llena de luz, de esperanza, y de Amor…

 

Hoy dio tu vida comienzo,
echó tu noria a rodar
con esos paisajes bellos
que arriba viste llegar.

Otros, tal vez, más oscuros
cuando la rueda giró
y te tocó estar abajo,
en esos pozos sin flor.

Pero la vida es girar,
como ruleta de feria,
y aunque te toque perder
de nuevo apuestas por ella.

A veces falta de luz,
muy grises: blancos y negros,
que tú supiste cambiar
por arco iris de besos.

Que tú, Paloma de vuelos,
con tu incansable aleteo
siempre quisiste buscar
el más azul de los cielos.

…Hoy comenzó ese jardín
a florecer un otoño.
Hoy comenzó tu vivir
y le sumaste otro sueño.

© 2014  J. I. Salmerón

Un añito más…

209-2

 

…Hoy cumple un año más mi sobrino-nieto, y ahijado, Guillermo.

Son cuatro años ya de intensa vida, de entregada vida, de sacrificada vida a… ¡jugar…! aprender, disfrutar y observar todo lo que a su alrededor pasa. De confirmar lo injusta que es a veces esa vida cuando compruebas que no puedes tener ese coche que te está mirando de frente, a tu altura, en esos grandes almacenes y que, incomprensiblemente, tus padres se niegan a comprarte. Cuando compruebas que a pesar de tus lloros, pataletas y casi mareos, te obligan a comerte ese plato de comida que no te gusta nada en absoluto y que en nada se parece a los macarrones con tomate que devoras relamiéndote los labios y los rojizos dedos… ¿Por qué no puede haber siempre macarrones con tomate para comer…?

Cuando compruebas que al llegar tu hermana a este mundo, (Susana tiene ahora 17 meses), te obligan a ser el mayor de la casa, el responsable, el que tiene que ceder siempre y dejar que te aplasten tus juguetes de una patada en lo más interesante de tu aventura de vaqueros e indios o de naves marcianas… ¡Qué dura es la vida a pesar de no llegar, ni de puntillas, a poder asomarme por la ventana…! ¿Sabrá la vida que aún soy muy pequeño para todo esto, o es que a partir de los tres años uno ya es mayor para sufrir los más grandes desengaños…? …En fin, serán cosas del crecer. Será que soy mucho más mayor de lo que dicen los de séis años de mi colegio, que me llaman siempre mocoso pequeño…

…El año pasado le escribí para su tercer cumpleaños unas palabras para que no se sintiera tan indefenso ante esta vida, tan grande para él que entre su habitación y su colegio le parecen el mismísimo universo. Para que viera que siempre tendrá de compañeros inseparables a sus años, y que sus padres, a pesar de no comprarle el camión que le miraba a los ojos, le darán mucho Amor y todos los cuidados que él se merece. Y hasta su hermana, que ahora ejerce de dictadora de sus juguetes, será mañana el perrillo que correrá detrás de sus pasos…

…Aunque puede que sea verdad y ya sea muy mayor, pues este verano sabía perfectamente escribir mi nombre en la pizarra, que para esto hay que ser mucho más grande de lo que es su hermana. Aunque las «enes» aún las escriba al revés.

…Tres añitos y un niño
de la mano van.
Van caminando juntos
y piensan:

Los dos mayores seremos
a la par,
que ya van unidos mi destino
y tu experiencia.

Que a tan larga vida
yo quiero sumar
los besos y abrazos
que me da la ciencia

que mis padres tienen
en esto de amar,
y que tanta falta le hace
a mi conciencia…

Pero hoy vámonos solo
a jugar,
que ya tendremos tiempo,
los dos… a la vuelta…

cuando cumplamos pronto
un añito más,
sumándole ese Amor
al costal de la experiencia…

© 2014 J. I. Salmerón