Apenas dieron las doce.
La nube gris, el cielo nubló.
Campana sobre campana.
Y al sur de aquí, su viento sopló.
Con su viento, su alma.
Tanto volar, cansó el corazón.
Despacio, todo con calma.
El tiempo, al fin, corrió a su favor.
Y desde arriba divisa
al sol encima de ella.
Su panza, gris de ceniza.
Cual Oso está en su caverna.
Abajo, verde pradera,
espera verla llorar.
Y a ella le entra flojera,
y empieza fuerte a mojar.
Descansa sobre el silencio.
El aire va, arrastrando sus besos.
Ya flota sobre sus sueños.
La nube gris, va abrazando los cielos.
Su paso, a veces sereno.
Contando va, cada grano de tiempo.
A veces, rayo y su trueno.
Y en un soplar, solo ves su recuerdo.
Rasgando en esa veleta
su cuerpo, que es primavera.
El agua llena la vida.
Y el río espera que llueva.
Apenas dieron las doce.
La nube gris, va mojando en su pena…