
Hoy te eché de menos…
Y tu silla vacía,
como mi corazón por tu ausencia,
aumentaba el abrumador silencio
que se apoderaba
con su ensordecedor eco
de cada rincón de mi alma.
Y mi corazón gritaba
que tu cuerpo y tu Amor,
ahora en otras mañanas,
vuelvan pronto a soñar
junto al mar de mi almohada.
Hoy sentía tu ausencia punzante en mis huesos.
Y mis manos lloraban
tu falta en mi tacto.
Y mis ojos la huida del roce
de vista en tu piel.
Y mi boca dobló un suspirar que guardó del sonido.
No quería una lágrima más
en el mar del recuerdo,
ni otro ahogo en los besos
que yo te entregué.
Hoy la tarde pesó por no verte.
Sus palabras son mudas y huecas
como un día sin sol.
Y la noche, atrapada de miedos,
escaló el horizonte
y en lo oscuro murió.
Hoy te eché de menos…
Y la silla, vacía de ti,
al igual que mis ojos de azul,
en la sombra lloró…
© 2016 J.I. Salmerón