El camino

Como si fuera el camino,
fui detrás de tus caderas.
Como si fueran estelas
de mi soñado destino.

Como si fueran señales
de humo sobre el horizonte.
Como si fueran mi norte,
donde no existen los males.

Y mis manos atrapando tus sentidos…
Y mis brazos rodeando lo que fuimos…

Como si fueran refugio
de nave, que a la deriva,
sobre la mar es cautiva
luchando contra este mundo.

Así tus ojos resultan
cuando me encuentro perdido.
Cuando no encuentro sentido
ellos a mi pena indultan.

Y mis besos y tus besos se encontraron…
Y mis labios y tus labios hoy se hablaron…

Tumbado sobre la vida,
siento las nubes y el viento.
Siento aquí tu sentimiento
como una fruta prohibida.

Y pido, al cielo que veo,
que no termine este cuento.
Que no se pare el momento
en que juego a ser Romeo.

Y mi cuerpo con tu cuerpo se fundieron…
Y mis olas en tu playa perecieron…

¡Camino, estela, refugio y beso!
La paz se encuentra sobre tu cuerpo.
¡Ojos, cadera, manos y cielo!
Cuando te pienso siento que vuelo…

©2018  J.I. Salmerón

Era el mar su jardín

Juan I. Salmerón

Era el mar su jardín,
y las flores las olas alegres que rompían riendo.
Era el sol su amistad,
y sus rayos peldaños dorados que llevan al viento.

Y los barcos de vela,
ese blanco que deja la espuma al seguir una estela.
Y los peces nadando,
un inmenso tapiz plateado que pisa descalzo.

Y la tarde el adiós,
que no ha visto volver ese sol que se va en horizonte.
Y la luna el Amor,
el que espera en silencio poder contemplar en la noche.

Recordando en el mar
que allí nadan y vencen o mueren los miedos.
Y el sabor de su sal
que llevaban cautivos del viento sus besos.

Y la noche lloró,
entre olas se ahogaron sus lágrimas negras.
Y su mar marchitó,
apagando su voz cual fugaces estrellas.

Ese gran corazón que en la arena pintó
se marchó con las olas al mar del silencio
a buscar otros puertos que llenen de Amor
y en su orilla de sal no se borre el recuerdo.

Era el mar su jardín
y el Amor su deseo…

©2016  J.I. Salmerón

Seguimos en este viaje

681-2

Seguimos en este viaje
cruzando un mar de deseos.
Seguimos soplando velas
cuando a veces falta el viento.

Y aunque a ti te guste el sol
y a mí las noches de estrellas,
siempre hay un punto de encuentro
donde juntar los planetas.

Lo importante es viajar juntos
compartiendo un horizonte
donde tu vista y mis ojos
miren al sur o hacia el norte.

Recuerdo el viaje que hicimos
tumbados sobre la hierba
donde tu mano en mi mano
dejaba marcada estela.

Cuando cerrando los ojos
me apoderé de tus labios
haciendo de aquel momento
mi viajar más deseado…

Otro día y otro mes
y otro año más viajando.
Otra experiencia en común
que añadimos al pasado.

Se volvió mi vida viaje
surcando cielo y caminos
haciendo bello el andar
al compartirla contigo.

Y en este intenso viajar
que la vida me ha brindado
doy gracias porque al andar
tú siempre estés a mi lado.

© 2016  J.I. Salmerón