La silla vacía

 

Así quedó su triste corazón,
como esa silla, trivial y vacío.
Así quedó por dentro el desafío
de volver a sentir una emoción.

El alma buscaría la ocasión
para que aquel erial tan yermo y frío
dejara de una vez de ser baldío
y diera como fruto una pasión.

La luna volvería a ser su guía,
y una estrella farola al caminar
para ir iluminando su agonía.

Que un sueño no se debe abandonar
aunque nuestra esperanza esté vacía.
Que esa silla, se volverá a llenar.

©2017  J.I. Salmerón

Equilibrio

 

Siempre el calor de la mano del sol,
derritiendo los charcos donde me refresco.
Siempre está el sol asomado al balcón
de las tardes de agosto que traen viento seco.

Y entre tanto la luna tan fresca,
dando abrazos glaciales hasta que amanezca.
Repartiendo en el cielo la escarcha,
convirtiendo en helados destellos de estrella.

En el amanecer, muy temprano,
cuando el campo deja de llorar roto en noche,
sale el sol sobre el mar calentando
y templando la vida sobre el horizonte.

Es igual que el ocaso en la tarde,
que el calor que de día curtió los trigales,
con un soplo de luna no arde
al ponerle una capa de escarcha y taparle.

Siempre muere el calor con la luna,
siempre arropa a la noche el silencio tan frío.
Tan helado mirar que no hay cuna
donde duerma caliente el caudal de su río.

Pero vuelve el calor con su día,
sofocando el camino desnudo de sombras.
Convirtiendo en erial por sequía
lo que anoche era oasis de verdes alfombras.

Como todo en la vida
lo mejor la balanza en su justa medida.
Lo mejor equilibrio,
que lo mucho calienta y si es poco, da frío…

© 2017  J.I. Salmerón

Una suave luz

 

Se coló una suave luz
al rincón de la habitación
donde el sol nunca se acostó
encontrando a la oscuridad,
donde siempre reinó el final.

Y su voz fue como un compás,
ese son que empezó a bailar,
que embrujó como si en el mar
cada ola que viene y va
le acunara en la tempestad.

¡Y pensó en dejar su huella
como un día al despuntar!
¡Como cada madrugada
lo hace en el amanecer!

¡Y quiso dejar su beso
hecho de luz!
¡Quiso repetirlo hoy
como hizo ayer…!

Era un claro de luz, tal vez,
una estrella que fue a perder
en la noche sombría y gris
el espacio donde colgó
la ilusión que un Amor le dio.

Y al brillar volvió a recordar
que en la sombra no quiso estar
y a su luna le dijo adiós
para entrar en tu habitación
al rincón donde no hubo sol.

¡Al entrar por la ventana
te buscó en la oscuridad!
¡Y bailó a ti tan pegado
que en tus ojos se vio la luz!

¡Es la estrella que brillaba
en el rincón!
¡Es la luz que siempre está
donde estás tú…!

…Esta noche no habrá lugar
donde tú vuelvas a sentir
el rincón de la oscuridad
donde el sol nunca quiso ir,
porque allí habrá una suave luz
que por ti siempre brillará…

© 2017  J.I. Salmerón

Un instante de Amor

Juan I. Salmerón

 

Amó la puesta de sol
a su lejano horizonte
a pesar de la agonía
de sus rayos al perderse.

Amó la leña el calor
que el fuego le producía
aunque ello fuera su muerte
convirtiéndola en ceniza.

Todo es Amor un instante.
¡El rayo que cruza el cielo!
Y después se hace de noche,
el instante es pasajero…

Amó la nieve al invierno
y de día quiso verlo
a pesar de que su luz
la derritiera en el suelo.

Amó la boca aquel beso
que le marcara los labios
aunque el sabor que dejó
fuera de adiós a su amado.

Todo es Amor tan fugaz…
¡Apenas un pestañeo!
Agua apretada en el puño
que no retienen los dedos…

Amamos cada segundo
como queriendo beberlo.
Amamos sin darnos cuenta
lo efímero que es hacerlo.

Ama la vida ese tiempo
que a nuestro lado pasea.
Ama el momento presente
por si mañana no llega.

Amó la noche el silencio.
Amó la luna su estrella.
Amó aquel gato en tejado
la gata que nunca viera.

Amó el segundo la vida.
Amó la pena tu ausencia.
Amó el final de esta rima
aquel papel donde muera.

Todos debemos amar
aunque el instante lo venza…

© 2017  J.I. Salmerón

Nochebuena

Juan I. Salmerón

Se acerca la Nochebuena
que he visto a los Reyes Magos
llegando desde el Oriente
portando todos regalos.

Dicen que van tras la estrella
que se dirige a Belén
donde un acontecimiento
a este mundo hará creer.

Las ovejas del rebaño
se inquietan con la noticia
y a los pastores les habla
un Ángel que les indica

Que pronto va a acontecer
el nacimiento de un niño
al que llamarán Jesús,
será el Salvador Divino.

El buen San José nervioso
no para de dar paseos
María le tranquiliza,
este parto será bueno.

El gallo dio testimonio
y a pregonar se dispuso
la buena nueva en que Dios
al fin ha llegado al mundo.

Adoran ya los pastores
de rodillas ante el niño.
Adoran los reyes magos
desde el oriente venidos.

La Nochebuena ha llegado
llena de felicidad
y mañana celebramos
que estamos en Navidad.

Por eso saquemos todos
panderetas y zambombas
y guitarras y almideces
para comenzar la ronda.

Cantemos la gran noticia,
Jesús ha venido al mundo.
Cantemos que es Nochebuena
y hay que celebrarlo juntos.

© 2016  J.I. Salmerón

Tengo una caja de besos

Juan I. Salmerón

…Tengo una caja de besos
guardados junto a tu cama
para que llegue esta noche
y fundirlos en tu almohada.

Mis besos desesperados
hacia tu boca ya corren,
se encierran bajo tus labios,
entre tus sueños se esconden.

¡Quién pudiera atravesar
la distancia con mis besos.
Quién supiera hacer de sol
este oscuro sentimiento…!

Mis besos ya son esclavos
de tu mirada de estrella
y de la seda que dejan
tus besos cuando me besan.

Te besaré con cuidado,
en las manos, en el cuello,
y subiré hasta tus labios
para quedar satisfecho.

¡Quién supiera hacer besar
los labios de un sentimiento.
Quién pudiera acariciar
tu boca desde tan lejos…!

La caja llena de besos
y un corazón conquistado
dejaré junto a tu almohada,
donde hoy tu beso es descanso.

Y esta noche, si me sueñas,
abriremos el regalo
de la caja de los besos,
que el corazón se desboque,
y que despierten tus labios…

©2016  J.I. Salmerón

Aunque no te pueda ver

Juan I. Salmerón

Aunque no te pueda ver
sigo tumbado en tu sombra.
Aunque no pueda besarte
sigo sintiendo tu boca.

La distancia, si hay Amor,
hay veces que la tocamos.
La esperanza de tenerte
va acompañando mis pasos.

¡Sopla tan fuerte este viento
que pienso que son tus brazos
que van anudando en lazos
todos mis pensamientos…!

¡Y se cuela en mi camisa…
Y se enreda por mi pelo…
Y me empuja hacia tu calle
donde sabe que te encuentro…!

Aunque no pueda tenerte
sigo mirando tu estrella.
Aunque no te pueda oír
siento tus pechos de seda.

El sentimiento desborda
cuando a veces recordamos
la intensidad de un encuentro
que en el alma dejó rastro.

¡Es tan distante el silencio
que en esta noche me atrapa
que esta soledad ingrata
se apodera de mi tiempo…!

¡Me roba toda palabra,
me deja exhausto y sediento
como hoja que cayó
arrastrada por el viento…!

Aunque no te pueda ver,
Sigo llevándote dentro…

© 2016  J.I. Salmerón

El fin del invierno

185

Ya no me acordaba
de ese sol sobre mi cuerpo.
No sabía distinguir
si era tarde o era noche
en este lánguido invierno.

Todos los pasos que di,
todos los árboles secos.
Todo oscuro, a descubrir.
Todo luces de farola
a lo largo del sendero…

El cuerpo se quedó preso,
dormitando entre el abrigo
y las ascuas del brasero.
La mirada siempre ausente
en brazos de algún recuerdo.

Ya no me acordaba
del andar sobre tu pelo.
Si tu blusa, sus botones,
me miraban con deseo
al posar mi mano en ellos.

No podía recordar
si eran muy altos tus besos
y tenía que empinarme
para tus labios rozarte
y llenarnos de deseo.

Y es que es tan largo el invierno
que por eso no me acuerdo
si quedamos para vernos
o fuera un guiño de estrella
la que me llamó de lejos.

Si tu falda, a la carrera,
levanta largo vuelo.
Si tu mano la tomaba
alternada entre mis dedos
o era otro efímero sueño…

Por eso esta primavera
se hace titán mi recuerdo,
y vuelve la luz del día,
y vuelvo a sentir tus manos,
y llego de pie a tus besos.

Y recuerdo que quedamos
en que debíamos vernos.
Porque tu blusa y mis ojos,
sus botones y mi alma,
se añoraban con deseo.

© 2016  J.I. Salmerón

Pero no puedo…

Juan I. Salmerón

¡Quisiera ser tantas cosas…!

Quisiera ser avión, y bosque verde,
y nube loca.
Quisiera ser tu voz cuando me llama
por las noches.
Quisiera ser la luna por su cara
más oculta
cuando sé que la busca tu apenar
en noches tristes…

Quisiera ser tu ropa
y abrazarte.
Quisiera así tocar
tu cuerpo entero.
Quisiera ser el agua
que te calme
cuando tu sed secara
tu recuerdo.

Quisiera ser verdad, Amor,
y cielo.
Quisiera ser la cama en que
tú duermes.
Quisiera ser sendero, andar
por siempre.
Quisiera ser el ramo
que tú hueles.

Quisiera ser real y no
ese sueño
del beso que de noche
te entretiene.
Quisiera ser el mar,
y en clara noche,
ser del cielo estrellado
aquel lucero…

¡Quisiera ser tantas cosas…!

Pero no puedo…

© 2015  J.I. Salmerón

Soñó la abeja ser flor

Juan I. Salmerón

Soñó la abeja ser flor,
y la flor volar al cielo.
Una soñaba ser polen,
otra ser parte del viento…

“Quiero colores intensos,
pétalos de terciopelo.
Ser la más dulce del campo…”
Pedía la abeja al sueño.

“Volaría sin parar…”
Decía la flor al tiempo
“Viajaría por el valle
hasta perderme en el cerro…”

…Y la abeja se posó
sobre la flor que soñaba
y al verla tan apenada
a la flor le preguntó:

“¿Por qué no quieres ser flor…?
¡Si eres la envidia del campo
donde todos los insectos
nos posamos hechizados!

¡Yo, que daría mis alas
por poseer tus encantos,
tu grácil talle y tu olor,
tu color, tu dulce tacto…!”

“Yo, en cambio, anhelo ser vuelo,
quiero ser vista más alto,
navegar por cielo raso,
ser cometa, insecto o pájaro…

Y poder tocar el sol,
y que de noche mis alas
sean fulgores de estrellas
brillantes de luna clara…”

…No se ponían de acuerdo
en cual era el mejor sueño
si el de la abeja de flor
o el de la flor siendo viento.

Y es que los sueños codician
los más profundos deseos.
Yo quiero ser como tú,
tú como yo quieres serlo.

Siempre lo que no tenemos,
sean alas, sea olor.
¡Valoremos lo que somos,
Qué más da si abeja o flor…!

© 2015  J.I. Salmerón

Me gustó…

Juan I. Salmerón

 

Me gustó ser playa y sol.
Me gustó ser horizonte.
Me gustó ser blanca vela
que sobre velero sueña
surcar un mar sur a norte.

Me gustó ser agua y sal.
Me gustó ser nube errante.
Disfruté siendo la espuma
que cabalga bajo luna
subida en ola gigante.

También me gustó ser campo,
y brizna de hierba verde.
Atardecer reflejado
en aguas de río en prado
mientras el día se pierde.

Me gustó ser monte y piedra.
Fui de noche lobo aullando.
Me gustó ser luz de rayo
en tormenta de verano
que rompe el cielo atronando.

Fui sombra de una Alameda.
Agua de una fresca fuente.
Beso que se da a escondidas
esa pareja que anida
en Amor adolescente.

Me gustó ser fiesta y baile.
Me gustó ser luz de estrella.
Me gustó ser el abrazo
de la amistad que añoramos
y tardamos tanto en verla.

Yo también fui ese camino
que al ocaso no se ve.
Rojo, amarillo, naranja,
los cielos pintaba al alba
forjando el amanecer.

Me gustó ser como un sueño.
Quise hacer hoy el ayer.
Yo quise volverme tiempo,
poder detener momentos,
pero no lo supe hacer.

Que el instante no es un buen preso,
tan solo deja recuerdos,
no se puede detener…

© 2015  J.I. Salmerón

La noche, blanca de luna

Juan I. Salmerón

 

La noche, blanca de luna,
ayer fue oscuro y silencio
por no tener la fortuna
de compartir ya tus besos.

Y yo soy como la luna,
y mi boca, pozo seco,
al no beber, uno a uno,
el elixir de esos besos…

El día, rojo de fuego,
ayer fue frío, de hielo,
por no tener el calor
que da abrazarse a tu cuerpo.

Y yo soy como ese sol,
y mi vida, eclipse entero,
que apaga mi corazón
al no abrazarte de nuevo…

Como una estrella fugaz,
solo te tuve un momento.
Como una ola, tu beso,
me cubrió y se fue de nuevo.

Como en la noche, un desierto
donde no encuentras camino,
entre montañas de arena
perdió mi Amor su destino…

La luna me lo gritó:
“No hay besos de madrugada…”
El sol, al irse, me dijo:
“Ya no podrás abrazarla…”

Aun así, todos los días,
cuando el sol se va marchando,
me acompaña por el río
por si tu abrazo encontramos.

Y la luna, entre los bosques,
me ilumina tu camino,
donde sabe que escondiste
los besos que yo te pido…

…Tu abrazo espero encontrar.
Tu beso escondido ansío…

© 2015  J.I. Salmerón

Es la mujer…

Por primera vez, el 19 de marzo de 1911 tuvo lugar, en algunos países europeos, la primera celebración del día internacional de la mujer. En 1975 la ONU declaró el 8 de marzo como día internacional de la mujer y, desde 1977, como día internacional por los derechos de la mujer. Ayer fue ese día, 8 de marzo, y en memoria de las mujeres que ya no están, de las que ahora mismo están y luchan por sus derechos, y de las que, futuramente, llegarán y estarán pronto en su relevo, dedico estas letras para reforzar, si hiciera falta, lo necesarias que son en nuestras vidas y lo iguales a nosotros que algunos las queremos.

211

Es la mujer mi estandarte
y mi báculo su fuerza.
La mujer es todo Amor
y de mis sueños, la reina.

Eres fecundo mañana,
es tu cuerpo una pradera
donde, por cada semilla,
tú le das vida de estrella.

Luz en la noche alumbrando,
vía láctea de mis penas,
que cual luciérnaga guías
y acompañas mi vereda.

Eres el sol que calienta,
eres la vida en la tierra,
te brindas como mañanas
para que siempre amanezca.

Mi amiga, hermana, y esposa,
mi madre antes que naciera.
Mi refugio desde niño,
mi descanso hasta que muera.

Eres la puesta de sol
que a mí me dejó cautivo.
De mi sentir, elixir,
y de mis ojos un río.

Es la mujer mi heroína,
ganadora de olimpiadas
que no ceja en sus empeños,
día a día bate marcas.

Es la mujer mi razón,
mis deseos y esperanzas.
¡Y de mi vida la envidia…!
espero que sea sana.

 © 2015  J. I. Salmerón

Tu estrella

072-2

 

Seré tu luz y tu guía,
seré tu única estrella,
seré tu paz interior
que por tu pecho descuelga.

Prometo serte tan fiel
que solo mi luz tú veas
para llenar tus espacios,
esos oscuros que tengas…

Ya sé que soy poca cosa,
ya sé que soy muy pequeña;
a tu lado creceré
y seré la luz más bella.

Yo quiero estar en tu cielo
¡Qué mejor casa de estrellas…!
Que quiero que tú me cuides
para brillar con más fuerza.

No me dejes hoy colgada
arriba, en el firmamento,
que a mí me asusta volar,
prefiero estar en tu cuello…

© 2014  J. I. Salmerón

Los días comienzan pronto

014-2

Los días comienzan pronto
y su cuesta es infinita.
Pero amanecen tan bellos
que apenas notas subirla.

Y ya la tarde te indica
que estamos en cuesta abajo,
que prepares tus sentidos,
que abandones tus trabajos,

dando a tu vida emociones
bajo su manto estrellado.
Que la noche nos atrapa
y nos deja su legado…

¡Deja a tu cuerpo y tu mente soñando…!

…Y vente para tu luna,
que ya está casi encendida,
de par en par, como puertas
en que entras y no hay salida.

Para que tú la disfrutes,
te recargues con su luz
para que seas de día
la más bella estrella, tú…

…Aunque amanece temprano,
temprano la noche llega.
Y con ella nuestros sueños
para que velen la espera…

© 2014  J. I. Salmerón