Tan distintos

 

Cómo te puedo querer
siendo los dos tan distintos.
Tú blanco, yo siempre tinto.
Tú rosa, y yo clavel.

Caminos sin un destino
donde nos junte el andar.
Yo monte sobre un pinar,
tu asfalto sobre un ladrillo.

Ni el aire con su soplar
empuja igual de incesante,
para ti lo hace delante
y a mí me sopla detrás.

Puede ser que compartamos
la misma puesta de sol,
o la estela de ese avión
que desde tierra observamos.

Porque a ti te gusta el mar
con su agua azul y brava,
y a mí me gusta la playa
cuando sus olas se van.

Qué quieres que yo te diga
si a ti te va el madrugar
y a mí la noche estelar
con su luna como amiga.

Lo mismo es que coincidimos
a la hora de comer,
en el color del mantel,
o en el postre que pedimos.

Que en lo que sí coincidimos
es en lo del apetito,
en besarnos despacito
y antes de hablar repetimos.

Hay veces que en esta vida
se juntan agua y aceite
aunque al final, de repente,
se acabe en corteza y miga.

Pero así hay más emoción,
sin saber el argumento
que viene a cada momento,
sin conocer el guión…

©2017  J.I. Salmerón