Cada jueves yo te escribo
para ver cómo te encuentras
y mis letras te recuerdan
hablando siempre de ti.
Mis abrazos y mis besos,
ahora huérfanos de tiempo,
aunque te sientan tan lejos
te recuerdan junto a mí.
Cada jueves yo te pienso,
aunque es poco, yo lo entiendo,
pero ya ves que esta vida
no contó con nuestro Amor.
Ni siquiera tuvo en cuenta
entre nosotros la ausencia
regalándonos distancia
y aumentando así el dolor.
Cada jueves me pregunto
si este mar ancho y profundo
dejará sin tierra el mundo
y en sus aguas me hundiré.
O lograré encontrar la isla
donde atraque mi sonrisa,
donde se cumplan los sueños
que tanta noche imagine.
Otro jueves que termina
y en mi cama se adivina
esa ausencia que tu cuerpo
deja en cada amanecer.
Esa eterna pesadilla,
esa soledad continua,
que hacen que la luz del día
siempre sea anochecer.
Hoy es jueves y te escribo,
como cada jueves digo
que mañana pondré fin
a este absurdo recordar.
Pero me falta el valor,
la constancia y el tesón.
Siempre se puede esperar
a otro jueves, qué más da.
Cada jueves yo te escribo,
y hoy no te iba yo a fallar…