Hay muchas veces que la distancia
es tan sumamente grande
que su peso no lo puede
aguantar la memoria.
Y se desborda como lágrimas
que explotan desde el alma,
desde lo más profundo de nuestro cuerpo,
entre silenciosos y lentos minutos eternos…
Hay muchas veces que por más
que lo intente el recuerdo,
el pasar de los tiempos
termina por convertirse en una neblina,
en una lluvia de invierno
que te impide ver más allá
de unos pocos cercanos momentos,
y te cala por dentro.
¡Y no lo puedo hacer presente hoy,
no puedo acercar esos recuerdos,
no puedo hacer que vuelva nuestro Amor,
que en mi reloj se haga amanecer
esta noche que me atrapa con lamentos…!
…Hay muchas veces que la distancia,
tristemente,
es el morir del sentimiento…