Debí escribirte ayer

Debí escribirte ayer y no lo hice.
El frío me impidió, mi Amor, hacerlo.
La falta de esperanzas en tenerlo,
ese sueño que empieza “yo te quise…”

Debí escribir la página primera
con prólogo de luna nacarada.
Con sol de rojo intenso en la mirada,
pero sé que los sueños son quimera.

Tú fuiste un borrador, y fue el primero.
Tú fuiste la conquista de mis letras.
El aire que enloquece a las veletas.
El mar cuando lo empapa el aguacero.

De mi escrito tú fuiste el personaje
que claramente fue protagonista.
El hilo conductor, salta a la vista,
de esta historia de Amor y de coraje.

El tema, el desarrollo, el contenido,
será el que canturreas en canciones.
Aquel donde rebose de emociones
cada página escrita en este libro.

Debí escribir una novela extensa.
Relato donde me explicara en prosa.
Un cuento, una epopeya, o cualquier cosa,
donde al final quedara una leyenda.

Pero hay veces que, más que narrativa,
más que un cuento con un final en drama,
las letras se deshacen, se derraman,
y se vuelve comedia, y no Divina…

Debí escribirte ayer y hoy, me arrepiento.
Las frases y palabras emotivas
hoy son letras que, al suelo y esparcidas,
se callan arrastradas por el viento.

Pero así son las cosas cuando escribes.
Lo que ayer fue camino, es hoy barranco.
Lo que ayer fue alegría, es hoy espanto.
No cambia, lo mires como lo mires.

Se aprende la lección con cada verso,
aunque a veces parezca tan sublime
ese dolor que cada letra esgrime
al escribir “Amor” en su comienzo.

Debí escribirte ayer, y hoy no lo entiendo…

©2019  J.I. Salmerón

Quisiera que hoy mis letras

Quisiera que hoy mis letras te arroparan.
Quisiera que tejieran tu valor
y dieran esquinazo a tu dolor
para que en tu regazo no amargaran.

Que mis manos los vientos arrastraran
para poder llenarte con su Amor.
Que los grises hoy fueran de color
y de arco iris a tu vida pintaran.

Sé de la fortaleza que dispones,
lo dura que te has vuelto con la vida
que no quiso atender a tus razones.

Pero quiero que hoy sepas lo querida
que tú eres para mí, y que me perdones,
si no supe curarte yo tu herida.

© 2017  J.I. Salmerón

Cada jueves

 

Cada jueves yo te escribo
para ver cómo te encuentras
y mis letras te recuerdan
hablando siempre de ti.

Mis abrazos y mis besos,
ahora huérfanos de tiempo,
aunque te sientan tan lejos
te recuerdan junto a mí.

Cada jueves yo te pienso,
aunque es poco, yo lo entiendo,
pero ya ves que esta vida
no contó con nuestro Amor.

Ni siquiera tuvo en cuenta
entre nosotros la ausencia
regalándonos distancia
y aumentando así el dolor.

Cada jueves me pregunto
si este mar ancho y profundo
dejará sin tierra el mundo
y en sus aguas me hundiré.

O lograré encontrar la isla
donde atraque mi sonrisa,
donde se cumplan los sueños
que tanta noche imagine.

Otro jueves que termina
y en mi cama se adivina
esa ausencia que tu cuerpo
deja en cada amanecer.

Esa eterna pesadilla,
esa soledad continua,
que hacen que la luz del día
siempre sea anochecer.

Hoy es jueves y te escribo,
como cada jueves digo
que mañana pondré fin
a este absurdo recordar.

Pero me falta el valor,
la constancia y el tesón.
Siempre se puede esperar
a otro jueves, qué más da.

Cada jueves yo te escribo,
y hoy no te iba yo a fallar…

© 2017  J.I. Salmerón

Me da que tú…

 

Me da que tú siempre has sido
un poco de poesía.
De pasear descalza sobre la luna,
de pintar en los charcos una sonrisa.

Siempre de ti yo he pensado,
al ver cómo te movías,
que eras la nube blanca que hay en el cielo,
que eras el aire fresco de la colina.

¡Si yo fuera el ladrón en la noche
que te roba durmiendo los sueños…!
¡Si hoy yo soy el culpable en tu vida
que ha dejado a tu boca sin besos…!

Tú, la que siempre esperaba
junto a mi casa por vernos.
Eras la verde espiga de primavera
donde por los veranos dabas centeno.

Tu voz me llama de lejos.
Tan solo voy, obedezco.
¡Y tu cuerpo, el tallo que dobla el viento…!
¡Y tus manos, hojas donde estremezco…!

Siempre mi casa fueron tus ojos,
el bosque perfecto donde me pierdo.
Siempre sendero fueron tus pasos,
el agua de lluvia si voy sediento.

Me da que tú siempre has sido
una amante de mis versos.
De pasear desnuda sobre mis letras,
de pintar de esperanza todos mis besos.

Siempre de ti yo he pensado
que eras Amor en mi sueño.
Tú siempre callada observando a mi lado
mis letras diciendo cuánto te quiero…

© 2017  J.I. Salmerón

Versión interior

Juan I. Salmerón

Solo esperaba.
No había prisa ninguna,
dejaba pasar el tiempo
como las hojas pasaban
desde la rama hasta el suelo
por delante de sus besos.

Y su mirada perdida.
Seguro que fue olvidada
en el fondo del bolsillo
del pantalón de su alma,
o en el que tiene botón
del interior de su abrigo.

En el cajón de las letras
doradas llenas de estrellas
nocturnas, las palabras
labradas de noche
a la luz de la luna
ya no existían.

Y el camino al que antes
llegaba arriando la vela mayor
sobre barca de sueños,
entre aguas de arena
y guijarros pintados de voz
zozobró de su vida.

No lloraba el recuerdo.
No llegaba la paz interior
a tocar con su mano el verdor
de la suave caricia
que llovía en las tardes
del otoño de marzo.

Y seguía esperando.
No encontraba en la noche
la mirada perdida,
ni en el día abrazaba
a esa luna viajera
que de noche besó…

Eran estos recuerdos
los que el sueño dejó
cuando al día despierto.
¡Es tan rara esa vida
de versión interior
cuando yo estoy durmiendo…!

© 2016  J.I. Salmerón

Proyecto fotográfico “El Desastre de Sofi” – Día 24 – Algo viejo

(https://eldesastredesofi.wordpress.com/2015/08/29/proyecto-de-fotografia/?c=690#comment-690)

Hoy, en el proyecto fotográfico de Sofi nos solicita foto de «algo viejo» Podría ser perfectamente una foto del mundo visto desde arriba, creo que es lo suficientemente viejo para poder ocupar ese lugar en la foto, pero hoy me he quedado sin combustible en mi nave, así que tendrá que esperar esa foto para otra ocasión y hoy pondré algo un poco más terrenal, un poco más cercano, pero igualmente viejo, aunque no tanto…

«Puedo escribir tu nombre con las teclas
vetustas de esta máquina de sueños.
Puedo escribir las noches más perfectas
que surjan de mi mente de bohemio.
Puedo escribir tu cara, que empieza con
la «C» de tu cariño. Puedo escribir
tu nombre, que comienza con la «A» de
Amor divino. Puedo escribir mi voz
que atrapa cada letra y cada signo.
Solo escribo para darte las gracias
por tantas letras que hoy por ti yo escribo…»

Juan I. Salmerón

© 2015  J.I. Salmerón

Vacío, solo vacío…

Juan I. Salmerón

Vacío, solo vacío.
Página en blanco, desierta.
Muerta de letras llegó,
no pudo mi alma leerla…

¿Y dónde está tu respuesta…?
¿Y dónde están tus palabras,
que anudadas son como
ramos de flor en una cesta…?

¿Y dónde está tu risa inquieta
que intuyo entre tus frases,
limpia y fresca…?

¿Y dónde están tus dedos
que teclean y ordenan
ese inmenso mar de letras…?

¿Dónde está, amiga mía, tu respuesta…?
Que el vacío del silencio a mí me inquieta…

¡Que yo quiero tus palabras,
que a mi pobre alma alimentan,
que son como agua de lluvia
para que el jardín florezca!

Yo espero tu parecer,
quiero tus mágicas letras
que como besos de Amor
empapan a mis ideas.

Tú escribe, yo leeré.
Que la sequía no crezca.
No conviertas en erial,
no dejes sin su volar,
a tus palabras viajeras.

¡…Sigue escribiendo a mi Amor,
que llenen mi corazón!
que él siempre estará a la espera…

© 2015  J.I. Salmerón