El reflejo

Eran el reflejo que el agua domina.
Eran dulce beso en un escaparate.
Eran los colores que hacen de estandarte
en cualquier batalla que aún no está perdida.

Eran, de chiquillo, dulce golosina.
Eran ese sueño que no se comparte.
Eran esas musas que pintan con arte
sobre un lienzo blanco y con brocha fina.

La cascada fresca del Amor soñado.
las primeras luces de un amanecer.
Un abrazo intenso a ese ser amado.

¡Pero de repente se dejó de ver
cuando su reflejo se quedó apagado
aquella mañana que empezó a llover…!

© 2017  J.I. Salmerón

Aunque llueva por fuera

Juan I. Salmerón

Dolió tanto el Amor al partir.
Se hizo tan pequeña y lejana
esa verde vereda…

Y la lluvia, en sus gotas, clavaba
tu adiós en mi cuerpo.
Y la vida, ya rota, a rodar
se dispuso en silencio…

Y vi pasar el ayer, a lo lejos,
sin mirarme a los ojos,
sin pararse a chalar
ni siquiera un momento.

Es posible que ya
no se acuerde de mí,
que no quiera traerme el ayer
en que fui tan feliz.
Quizá extraña mi aspecto.

Por las horas cautivas
que le hice sufrir.
Por los celos que tuve,
por dejarte partir.
Por doblar mi dolor
y llorar en silencio…

Ya lo sabe la noche.
Ella aún guarda el recuerdo
de tu andar, de mis besos,
del sentir de tus labios,
del temblar de mi cuerpo.

Aunque hoy,
no te pueda ya ver.
Aunque hoy,
no te traiga consigo
en su tren nuestro ayer.

Aunque llueva por fuera,
por detrás del cristal
de la acera,
aunque pase la vida,
siempre habrá junto a ti
un Amor esperando
en un alma cautiva…

© 2016  J.I. Salmerón

Esta tarde una tormenta

026

Esta tarde una tormenta
cerró de pronto los cielos.
El azul se volvió gris,
los blancos, a casi negros.

De pronto, todo un llorar
se abalanzó sobre el suelo.
El cielo, como un gran mar,
batía sus olas fiero.

El viento andaba furioso,
de esquina a esquina, en carrera,
arrastraba las mentiras
volviéndolas verdaderas.

¡Y se empapaban las almas
de todos los caminantes.
Y las rosas se cerraban,
y no cantaban las aves…!

Las calles, un gran espejo
de farolas reflejadas.
Y los faros de los coches
caminos de luz dorada.

Un altavoz en las nubes,
dando gritos desgarrados,
rompió la sonoridad
de la lluvia haciendo barro.

Como en partida de bolos,
haciendo plenos jugando,
el tronar se hacía rey
de los ecos escuchados.

Los rayos, entre las nubes,
sobre lo oscuro guiñaban
dejando puntos de luz
sobre la tarde cerrada.

…Se retiró la tormenta,
dejó de llorar el cielo,
volvió el azul de ese mar
que entre las nubes tenemos.

Los pájaros a volar,
las flores a oler de nuevo,
y la humedad de las almas
a secarla con los besos…

© 2015  J.I. Salmerón

Se está inundando de llanto

008

 

…Se está inundando de llanto
el tejado de mi casa.
Como lágrimas del cielo,
chocan la teja y resbalan.

Y no se puede parar,
no hay pañuelo que recoja
el torrente lacrimal
que de los cielos desborda.

Puede que sea esa nube,
la que anoche andaba sola,
tan triste como una playa
esperando Amor de ola.

Que los amores que esperan
a que los besos regresen
se calan de las nostalgias
que sobre sus ojos crecen.

Con nubarrones tan negros
que araña el día a las noches
y cargados de recuerdos
de ríos nacen sus bordes.

Se humedecen las mañanas
con esas nubes de llanto.
Se ahogan sobre mi casa
los besos que quise tanto.

…Ahora espero a que escampe,
a que la lluvia no cale,
a que regresen tus soles
y que tus besos me empapen…

©2015  J. I. Salmerón