Un pozo con deseos en su fondo
donde la luna siempre se asomó.
Brocal donde apoyándome en tus ojos
pedí a aquella moneda solo Amor.
Robé de tu cintura terciopelo,
abrazo preso del amanecer,
donde por un momento fue sincero
el roce de tu piel sobre mi piel.
Tus labios de palabras se llenaron,
mis manos intentando traducir
aquel calor que tus besos dejaron
al presionar tu cuerpo junto a mí.
¡La noche se paró.
Juré que te sentí!
Tu beso me caló
de Amor sincero.
¡La luna se apartó
y entonces yo lo vi!
Tu cuerpo resultó
solo un reflejo.
Mirando en la mañana, junto al pozo,
un beso entre la hierba me encontré.
Lo cual demuestra que no estaba loco,
que fue algo más que un sueño que soñé.
Desde ese día vuelvo cada noche
posando mi mirada en el brocal
donde tus ojos de luna robaron
mi alma que ya no he vuelto a encontrar.
¡Pero yo sé que un día nos besamos,
que tu cuerpo en mi cuerpo estremeció…!
Que aquel calor que sentí de tus manos
no fue reflejo de imaginación.
“Pozo de los sueños”
el nombre que le di.
La sima de un Amor
que fue locura.
La noche que te vi
la magia me envolvió,
y hoy te he vuelto a soñar
bajo esa luna…