Atrevimiento

…Perdona mi atrevimiento
por querer acariciarte.
Perdona, pero soy viento,
y calmo mi sentimiento
abrazando a cada instante.

Así consigo tenerte.
Besarte suave en el cuello.
Tus manos poder tocarte
y entre susurros contarte
que soplo por ser tu dueño.

¡Y soplo y soplo, tan fuerte,
con ganas ya de tenerte,
que vuela a ti mi deseo…!

…Perdona por el descaro
que tengo cuando te veo.
Perdona, pero soy tiempo,
me pierdo si no te rozo
y entre segundos me muero.

Así consigo atraparte
entre el ayer y el anhelo.
Entre el mañana y el beso
que tiene a mi cuerpo preso
entre minutos de celos.

¡Y paro cualquier aguja,
en el reloj del momento,
para entregarte lo eterno…!

…Perdona la indisciplina
de mis ojos al mirarte.
Perdona, pero soy cielo,
que aleja todos sus miedos
al ver tu estrella brillante.

Así consigo alumbrarme,
siendo de día en mis sueños.
Así no hay nubes oscuras,
vagando por mis alturas,
si miro a tus ojos bellos.

¡Y pinto de azul el día,
y luna pongo a la noche,
llenando todo de besos…!

…Perdona mi atrevimiento
si he querido enamorarte.
El cielo, el viento, y el tiempo,
no tienen otro argumento
para poder conquistarte…

©2019  J.I. Salmerón

Volaban al cielo

Juan I. Salmerón

 

Anoche volaban al cielo
canciones que hablaban
de amarse de lejos.

Canciones de abrazos y amores,
de bellos encuentros
mojados en besos.

Por eso volé con sus voces,
envuelto mi cuerpo
en sus letras y acordes.

A ver si encontraba de nuevo
tu Amor en la noche,
detrás del recuerdo.

Tan solo te vi de pasada,
como un suave viento
que cae en mi almohada.

Y ya adiviné tu sonrisa,
tu mano sin prisa
tocando mi cara.

Como aquella noche en el parque
donde al abrazarte
mis ganas morían.

Donde la ansiedad por amarte,
tocando tu pelo,
en mí se adivina.

El corazón se me desboca,
me sube deprisa
esa adrenalina.

Cómo puedo sentir eso
solo al ver tu cuerpo
que a mí se encamina.

Cómo parar estas ansias
pensando tan solo
tenerte algún día…

Anoche volaban mis miedos
los que me impidieron
decir que te amaba.

Anoche, lo que hubiera dado
por tenerte al lado,
sentada en mi cama…

© 2016  J.I. Salmerón

Era el mar su jardín

Juan I. Salmerón

Era el mar su jardín,
y las flores las olas alegres que rompían riendo.
Era el sol su amistad,
y sus rayos peldaños dorados que llevan al viento.

Y los barcos de vela,
ese blanco que deja la espuma al seguir una estela.
Y los peces nadando,
un inmenso tapiz plateado que pisa descalzo.

Y la tarde el adiós,
que no ha visto volver ese sol que se va en horizonte.
Y la luna el Amor,
el que espera en silencio poder contemplar en la noche.

Recordando en el mar
que allí nadan y vencen o mueren los miedos.
Y el sabor de su sal
que llevaban cautivos del viento sus besos.

Y la noche lloró,
entre olas se ahogaron sus lágrimas negras.
Y su mar marchitó,
apagando su voz cual fugaces estrellas.

Ese gran corazón que en la arena pintó
se marchó con las olas al mar del silencio
a buscar otros puertos que llenen de Amor
y en su orilla de sal no se borre el recuerdo.

Era el mar su jardín
y el Amor su deseo…

©2016  J.I. Salmerón

Su recuerdo

Juan I. Salmerón

…Ella oía su voz a través
de las hojas que arrastra
en la tarde el otoño.

Ella oía su huella y tal vez
la pasión al besar
el recuerdo en su rostro.

Y dejó de crecer su niñez,
su coleta en cintura
fue peinada de años.

La pasión que inundaba el ayer
se secó y ahora va
recogida en un moño.

Pero hoy ya no quiso llorar
que le ha visto pasar
sobre un sueño de noche.

Y el ayer se volvió a disfrutar
al asiento de atrás
el Amor de aquel coche.

Cuantas lunas arropan sus miedos,
cuantas ganas de amar
se han posado en sus dedos.

Cuantos besos y abrazos soñados
que se han vuelto a escapar
por cristales abiertos.

Y otro invierno que quiere llegar,
y otro sábado más
solitario acechando.

Y otra huella queriendo marcar
la pasión de aquel bar
donde ayer disfrutaron.

…Ella vuelve a esperar otra vez,
que no olvida el Amor
que cubría sus días.

Ella espera su voz tan azul
que la suba a su cielo
a volar todavía.

Ella oía su voz
alejarse furtiva…

© 2016  J.I. Salmerón