Parece poco un minuto.
Apenas unos segundos
atados de pies y manos
en corto lazo de tiempo.
Tan solo atrapa un suspiro.
Un breve espacio de vida
que en el pasar de los días
no deja casi recuerdo.
Pero si miro a tus ojos,
un minuto en ese bosque
viendo tu sol que se esconde,
es un eterno paseo.
Un minuto entre tus brazos
notando ese palpitar
de tu pecho al respirar,
es como un libro de versos…
¡Son tantos esos minutos
que vamos desperdiciando
sin reparar que su encanto
es sumar muchos de ellos…!
Y es que si cuento los besos
que en un minuto le di
a tus labios carmesí,
seguro pasen de ciento.
Que hasta tu boca se ahogaba
como playa de su mar
de tantas olas que van
llenándote de mis besos.
Es una brizna de tiempo.
Es el lamento que da
a mi boca el recordar
tu boca diciendo “quiero…”
Ese minuto fue eterno.
Cuando lloró el sentimiento
y la emoción por momentos
en nuestros brazos creció.
Cuando juntamos los cuerpos
en esos breves instantes
y el mundo no fue el de antes
de entregarnos a ese Amor…
Ya sé que es solo un minuto,
que parece poco tiempo,
pero prefiero tenerte
sesenta segundos mía
que estar llorando tu adiós…