Viviste en un país llamado olvido,
en la ciudad que ignora el corazón,
donde los aires recorren pasillos
dejando sin ayer cada rincón.
De nuevo te casaste con un sueño
cansada de que no puedan volar
tus alas enjauladas por un dueño
que te condena a estar sin libertad.
Se apagó el sol,
y con él la esperanza
de que vuelvas a ver.
El Amor hoy
no ha dejado constancia
de los besos de ayer.
Apenas recordando que existías,
no encontrabas espejo en que mirarte,
con esa sombra gris que te cubría
como una cicatriz de parte a parte.
Soñar le puso llaves a esa jaula
para que desplegaras con tus alas
los miedos que cortaban tus miradas
y a ciegas impedían que volaras.
Se volvió azul,
ese cielo en que bates
gozosa tus alas.
Libertad hoy,
y el Amor la esperanza
buscada en mañanas.