Cautivo

Siempre me cautivó tu corazón,
con ese palpitar que va marcando.
Como reloj de cuerda marca el paso
con sus agujas juntas avanzando.

Siempre me enamoró tu dulce risa
con esos dos hoyuelos a los lados.
Como si fueran pozos de deseo
y mis monedas fuera allí lanzando.

Me gusta ver tus ojos acostados
y cuando en la mañana se levantan,
inundando de luz con su mirada
cada rincón oscuro de mi alma.

Me gusta el movimiento de tu pelo
como si de un columpio se tratara.
Me gusta cuando rozas mi deseo
al verte caminar sobre la playa.

Siempre fuiste ese sueño favorito.
El dulce que corona cada tarta.
La flor que alegra todos los caminos.
La música que encierra una balada.

Siempre la realidad de cada cuento.
La puesta de mi sol de luz dorada.
El agua fresca que bebo sediento.
El árbol que da sombra a mi morada.

Y yo detrás de ti
pendiente de sentir,
hasta que descubrí
que tu boca no estaba.

El beso marchitó,
murió la última flor.
Yo sigo en el rincón
por si tu voz me llama….!

Siempre me fascinó la sensación
al verte atravesando mi memoria.
Y siempre esperaré que tú regreses
en cada amanecer que estoy a solas…

© 2017  J.I. Salmerón

La noche

Juan I. Salmerón

 

Me gusta vivir la noche,
su oscuridad en silencio.
Me gusta buscar estrellas
escondidas en su cielo.

Adivinar el contorno
de la gente que pasea
como si fueran borrones
dibujados de acuarela.

Disfruto sintiendo el fresco
del viento sobre mi cara
apropiándose el calor
que en mis mejillas quedaba.

De la luz de las farolas
que como sol de luciérnagas
levitan todas en fila
al borde de la vereda.

Me gusta ese lado oscuro
que de la vida vivimos
donde la imaginación
es la guía en los caminos.

Todo es intenso y secreto,
todo detrás de un gran velo
donde los besos se esconden
y se disfruta con ellos.

Me gusta tanto la noche
que por el día hay momentos
donde cerrando los ojos
la noche siento por dentro.

Si la rodean tinieblas
se escucha mejor el alma.
Cuando la luz desvanece
el sentimiento se palpa.

Por eso me gusta tanto
la noche como morada,
por ser donde fabricamos
los sueños bajo la almohada.

© 2016  J.I. Salmerón