El camino

Como si fuera el camino,
fui detrás de tus caderas.
Como si fueran estelas
de mi soñado destino.

Como si fueran señales
de humo sobre el horizonte.
Como si fueran mi norte,
donde no existen los males.

Y mis manos atrapando tus sentidos…
Y mis brazos rodeando lo que fuimos…

Como si fueran refugio
de nave, que a la deriva,
sobre la mar es cautiva
luchando contra este mundo.

Así tus ojos resultan
cuando me encuentro perdido.
Cuando no encuentro sentido
ellos a mi pena indultan.

Y mis besos y tus besos se encontraron…
Y mis labios y tus labios hoy se hablaron…

Tumbado sobre la vida,
siento las nubes y el viento.
Siento aquí tu sentimiento
como una fruta prohibida.

Y pido, al cielo que veo,
que no termine este cuento.
Que no se pare el momento
en que juego a ser Romeo.

Y mi cuerpo con tu cuerpo se fundieron…
Y mis olas en tu playa perecieron…

¡Camino, estela, refugio y beso!
La paz se encuentra sobre tu cuerpo.
¡Ojos, cadera, manos y cielo!
Cuando te pienso siento que vuelo…

©2018  J.I. Salmerón

Debajo de una ola

 

Debajo de una ola lo escribí.
Allí dejé grabado ayer tu nombre.
Y al lado un corazón, tierno y enorme,
llenado con mil besos para ti.

Pero el mar, que es celoso de por sí,
no quiso que leyeras lo que pone,
y a base de vaivenes te lo esconde
llevando mar adentro mi sentir.

Por eso no sabrás lo que te quise.
Tú nunca escucharás mi corazón
antes que por la ola tenga que irse.

Mi alma fue encerrada en su prisión.
De espuma los barrotes que tu viste.
Y el murmullo del mar la hizo canción.

©2018  J.I. Salmerón

Hubiera sido

Hubiera sido sol
para quererte muy temprano.
Hubiera sido norte
por si no sabes dónde ir.

Hubiera sido espacio
y así abrazarte todo el rato.
Hubiera sido silla,
por si te cansas, estar ahí.

También hubiera sido
la calle larga y estrecha.
La que, cuando tú pasabas,
tocabas sin querer.

Así te hubiera olido
cuando de mí pasaras cerca.
Así hubiera sentido
el roce añorado de tu piel.

Hubiera sido el mar
rompiendo con mis olas
en tu desnudo cuerpo,
flotando sobre mí.

Hubiera sido playa
donde pasas las horas.
Donde descansa tu cuerpo
soñando junto a mí.

Y por haber querido,
yo hubiera deseado
ser el rojo vestido
que tanto me gustó.

Y así poder tenerte
tan cerca y tan a mano,
todo el día besando,
y rozándonos los dos.

…Por no cansarte con lo que te digo,
lo que yo de verdad
por ti siempre he querido,
era vivir contigo una pasión…

©2018  J.I. Salmerón

En la arena

 

…Aún recuerdo su cuerpo tumbado sobre la arena.
Cómo sus curvas cerradas le hacían
a cada ola la competencia.

Recuerdo cómo brillaba queriendo apagar el sol.
Cómo marcaba su piel morena,
de otras iguales, la diferencia.

Yo paseaba buscando un velero en el horizonte,
la mirada perdida y ausente,
y mis pies caminando sin norte.

En la orilla mojada dejando mis huellas profundas,
donde van a parar mis deseos
como si se escavaran su tumba.

De repente la vi, como naufrago avista su isla.
Con la misma emoción que supone
descubrir que en la luna haya vida.

Y no pude apartar de mis ojos sus ojos de mar.
Y ese brillo de joven sirena,
y ese cuerpo flotando en la arena.

Se detuvo un momento ante ella mi paso perdido.
No había ruido de mar que meciera,
como hacía un momento, mi pena.

¡Mírala…! Espera a que llegue a su piel mi deseo.
¡Que mis labios pronuncien su nombre…!
¡Que mis dedos recorran su cuerpo…!

Y así, mi corazón cabalgaba loco su paso,
como loca mi vida se altera,
como mi respirar no se frena.

Al final, descubrí como siempre que era otro sueño.
Que no había más cuerpo en la playa
que el que yo imaginé con mis versos.

Y de nuevo mis pasos en la arena a esconderse.
A buscar nuevamente el velero
que mantenga flotando mi sueño.

…Aún recuerdo su cuerpo tumbado en la arena,
y el dolor que sentí por perderla…

© 2017  J.I. Salmerón

Si yo fui parte de un sueño

Juan I. Salmerón

Si yo fui parte de un sueño
no busques mi despertar,
sigue siendo ola en el mar
que va bañando el recuerdo.

Que mis ojos son tu cielo,
y yo te abrazo de espuma
mientras mis besos son cuna
de tu más ferviente anhelo.

Si yo fui un día camino
no borres hoy las pisadas,
las que en la tierra dejaban
el Amor que un día fuimos.

Que yo la tarde detengo
sobre los montes de olivos,
sobre los campos de trigo,
para que tú puedas verlos.

-…Si ves que vale la pena,
no te importará esperar,
como el puerto con su mar,
a que suba la marea…-

Si un día fuera el jinete
que cabalgaba en estrellas,
no apagues hoy las más bellas,
esas que miras por verme.

Que de tus ojos soy brillo
que de marrón y tostados
llenan los bosques y prados
en los otoños que vimos.

Si he sido de tus palabras
las letras del corazón,
hoy pido al cielo perdón
por no saber ordenarlas.

Que aún soy tu rima en papel,
la estrofa que de mis versos
se unen en lazo travieso
por ser poema en tu piel.

…Si ves que vale la pena,
no te importará esperar
el aire suave del mar
para que empuje tu vela…

Si tú aún me quieres soñar,
en tu recuerdo me esperas…

© 2015  J.I. Salmerón

Me gustó…

Juan I. Salmerón

 

Me gustó ser playa y sol.
Me gustó ser horizonte.
Me gustó ser blanca vela
que sobre velero sueña
surcar un mar sur a norte.

Me gustó ser agua y sal.
Me gustó ser nube errante.
Disfruté siendo la espuma
que cabalga bajo luna
subida en ola gigante.

También me gustó ser campo,
y brizna de hierba verde.
Atardecer reflejado
en aguas de río en prado
mientras el día se pierde.

Me gustó ser monte y piedra.
Fui de noche lobo aullando.
Me gustó ser luz de rayo
en tormenta de verano
que rompe el cielo atronando.

Fui sombra de una Alameda.
Agua de una fresca fuente.
Beso que se da a escondidas
esa pareja que anida
en Amor adolescente.

Me gustó ser fiesta y baile.
Me gustó ser luz de estrella.
Me gustó ser el abrazo
de la amistad que añoramos
y tardamos tanto en verla.

Yo también fui ese camino
que al ocaso no se ve.
Rojo, amarillo, naranja,
los cielos pintaba al alba
forjando el amanecer.

Me gustó ser como un sueño.
Quise hacer hoy el ayer.
Yo quise volverme tiempo,
poder detener momentos,
pero no lo supe hacer.

Que el instante no es un buen preso,
tan solo deja recuerdos,
no se puede detener…

© 2015  J.I. Salmerón

La noche, blanca de luna

Juan I. Salmerón

 

La noche, blanca de luna,
ayer fue oscuro y silencio
por no tener la fortuna
de compartir ya tus besos.

Y yo soy como la luna,
y mi boca, pozo seco,
al no beber, uno a uno,
el elixir de esos besos…

El día, rojo de fuego,
ayer fue frío, de hielo,
por no tener el calor
que da abrazarse a tu cuerpo.

Y yo soy como ese sol,
y mi vida, eclipse entero,
que apaga mi corazón
al no abrazarte de nuevo…

Como una estrella fugaz,
solo te tuve un momento.
Como una ola, tu beso,
me cubrió y se fue de nuevo.

Como en la noche, un desierto
donde no encuentras camino,
entre montañas de arena
perdió mi Amor su destino…

La luna me lo gritó:
“No hay besos de madrugada…”
El sol, al irse, me dijo:
“Ya no podrás abrazarla…”

Aun así, todos los días,
cuando el sol se va marchando,
me acompaña por el río
por si tu abrazo encontramos.

Y la luna, entre los bosques,
me ilumina tu camino,
donde sabe que escondiste
los besos que yo te pido…

…Tu abrazo espero encontrar.
Tu beso escondido ansío…

© 2015  J.I. Salmerón