Siempre el corazón entre sus rejas.
Siempre preso, viviendo del sentir.
Siempre encerrado late palpitando.
Siempre besando fuerte en su existir.
De piedra un corazón quiero comprar,
un corazón que no sienta latidos.
Un corazón que ya sepa olvidar,
un corazón que ignore los sentidos.
Y un día, si quiere, que se escape.
Así será de Amor el más buscado.
En blanco y negro quede su color
como en invierno el bosque si ha nevado.
Quisiera yo elegir un corazón
que sienta la amargura del pasado.
Que llore por la rabia de un adiós
cuando en el parque queda abandonado.
Quisiera un corazón tan fuerte y frío,
forjado con el más duro metal,
al que los golpes solo le hagan ruido;
y que las puñaladas, cosquillas nada más.
Y un día si se queda el pecho hueco,
si el alma no encuentra donde llorar
porque no hay corazón ya donde hacerlo,
que no lo eche de menos, nada más.
Si toco, noto dentro cómo llama
con ritmo acompasado, el corazón.
Si lloro, oigo música de nana,
para que así se calme mi aflicción.
¡Yo vendo un corazón,
quién lo quiere comprar!
Para el mejor postor
será su ritmo.
¡Regalo una emoción,
un beso de verdad,
para el que el corazón
ya no tuvo destino…!
…Siempre el corazón entre sus rejas.
Siempre preso, esperando para amar…