La culpa

 

La culpa fue del rayo y la tormenta.

La culpa fue de la lluvia incesante.

Del trueno que amenaza a cada instante.

Del viento que en susurros te lo cuenta.

 

Tal vez tu corazón ya no lo sienta

pues tengas del Amor por hoy bastante,

y apague ese sentir que ayer, constante,

llenara de verdad, aunque hoy te mienta.

 

A cadena perpetua condenado,

no tuviste indulgencia con tus penas

y el pobre corazón fue denostado.

 

Tú que quisiste amar a manos llenas

hoy solas y vacías se han quedado

como si fueran canto de sirenas.

©2019  J.I. Salmerón

No queda orilla cercana

No queda orilla cercana
cuando entre sueños navegas.
No hay palo mayor de velas
que cuando en tormentas sueñas,
aguanten el huracán.

Luchando con las mareas,
las manos llenas de penas.
El corazón empapado
con agua de un mar salado,
y cansado de navegar.

Siempre buscando la isla donde atracar…
Siempre buscando el silencio,
siempre buscando la paz.
Siempre buscando los ojos
donde poder descansar.

Tan lejos el horizonte…
Tan lejos ese recuerdo
que arrastran suave los vientos.
Tan lejos el corazón
que se quedó sobre el puerto…

A veces quiero dormir
y no soñar lo que quiero.
A veces quiero ser vela blanca,
sujeta con blancas cuerdas,
sobre un eterno velero…

¿A dónde irán a parar
todos los sueños que sueño…?
¿A dónde han ido los besos
que tú me solías dar…?

A veces quiero ser mar,
color azul, como el cielo.
A veces quiero rimar
como me riman los versos,
y solo me quedo en sueño.

No queda orilla cercana
en esta vida de mar revuelto…

©2017  J.I. Salmerón

Una gota

Juan I. Salmerón

 

Se fundió entre las gotas de lluvia
que del cielo plomizo y ceniza
aquel día cubierto de penas
sobre tierra mojada se hundían.

Si mirabas de lejos
era una gota más
que iba mojando el suelo
convertido en cristal.

Pero esa gota era hoy bien distinta,
era gota de sabor amargo
macerada con sal de la vida,
con la pena que da el desencanto.

Una gota que al ser transparente
no guardaba secreto ninguno,
hasta el alma esa gota enseñaba
lacerada en recuerdo profundo.

Unos momentos antes
no mojaba esa gota
pues sus ojos brillaban
como luna en el mar.

Pero la despedida
del Amor de sus sueños
hizo que aquella gota
fuera lágrima y sal.

Y la lágrima que de sus ojos
se agarraba con fuerza en su huida
con las gotas de lluvia del cielo
se quería esconder.

No quería que viera la vida
cómo moja de pena su gota,
cómo amarga su sal esa herida
del Amor que se fue.

© 2017  J.I. Salmerón

¡Sigüenza en fiestas…!

Juan I. Salmerón

 

Dentro de unos días, el 12 de agosto, comienzan las fiestas patronales de mi ciudad, Sigüenza, en honor a la Virgen de la Mayor y a San Roque. La gente se suele unir en peñas donde compartir comidas, juegos, charangas, encierros, procesiones y demás actos que durante las fiestas se celebren, para dar un toque de color y sacar el máximo partido a esos días en los que nada más, y nada menos, solo queremos divertirnos y pasarlo lo mejor posible. Cada Año le toca a un par de peñas ayudar en la organización y apoyo de los distintos actos que organiza el ayuntamiento, y el año pasado le tocó ese honor a mi peña, La Chundarata,  (en la que paso muchos de los mejores momentos de las fiestas), siendo la responsable, entre otras actividades, de realizar el pregón de comienzo de fiestas que cada año da una de estas peñas el primer día, después de la cabalgata, desde el balcón del ayuntamiento. Me pidieron que lo escribiera y yo, gustosamente, con mucho honor, lo escribí y quiero mostraros aquí el resultado, como despedida ya a mis publicaciones durante estas vacaciones. De echo, esta publicación la he dejado programada el pasado viernes 31 de julio.

Espero que os guste y os anime para venir a visitarnos a Sigüenza durante estas fiestas, que es cuando más colorido y animación hay, aunque igualmente seréis bien venidos cualquier otro día del año, que la cordialidad y hospitalidad de la que presumimos es la misma siempre, independientemente de la fecha del calendario. Lo dicho, si os animáis, allí estaré, esperando vuestra llegada para compartir con vosotros unas risas, unas cervezas y unos bailes que, seguro, seguro, serán de vuestro agrado.

Os dejo con el pregón y, ¡Feliz verano…!

Somos diversos colores, cada uno el de su peña.
Somos diversas personas que comparten una idea:
Defender nuestros colores, los que nos visten por fuera,
preservando nuestras peñas, son el alma de las fiestas.

Pero juntos, como uno, aportamos mucho más,
somos la imagen festiva de nuestra hermosa ciudad.
Por ello debemos dar ejemplo de hospitalarios
con esa alegría nuestra que a raudales regalamos.

Sigüenza bien se merece ser una fiesta en sí misma,
acompañando en los actos, toros, conciertos o misas.
Marea multicolor que abarcamos mil esquinas,
abanderados del ocio: bailes, verbenas y risas.

La noche la decoramos con esa luz que desprenden
las bombillas de colores que cada peña parece.
Con disfraces y cucañas, con cerveza y limonada,
con las charangas y encierros de esas largas madrugadas…

No olvidamos el pasado, que forja las tradiciones.
El ayer va de la mano de nuevas generaciones
para darle a nuestras fiestas las costumbres del pasado
pero con toque actual, de fresco contemporáneo.

Ya solo queda animaros a disfrutar de estas fiestas
por Seguntinos, a todos, no importa donde nacieras,
pues somos todos iguales, somos de una misma peña
que comparte la alegría de celebrar por Sigüenza…

¡Las manos arriba, comienzan las fiestas!
¡Las manos unidas, somos una peña!
¡Disfruta y respeta, comparte y festeja!
¡San Roque te espera, empiezan sus fiestas!

¡Viva la Virgen de la Mayor…!
¡Viva San Roque…!
¡Viva Sigüenza…!

© 2014  J. I. Salmerón
© 2015  J.I. Salmerón

Aquí he dejado mis penas

084

 

Aquí he dejado mis penas,
volcadas en la cuneta
para viajar más ligero.
Para subir esas cuestas,
las que adivino a lo lejos
andando estrechos senderos.

Pero he cogido tus besos,
los que me dabas al vernos,
y en la mochila los llevo.
Y si anochece en mi alma
y el caminar se hace enero,
yo me caliento con ellos.

Y tus abrazos viajeros,
los que me dabas al irte
después de decir “te quiero…”,
se visten hoy en mi cuerpo.
Y si me abate el vacío
me reconforta tenerlos.

Los árboles eran sombra,
y en la sombra los recuerdos
del tiempo que entre mis manos
yo acariciaba tu pelo,
se vuelven claro de luna,
me pintan luz de lucero.

Aunque me dobla el sentido
estar de tu Amor tan lejos,
y hoy me aturde el desierto
de tus abrazos y besos,
siempre mi vista adelante
por si al caminar te encuentro.

Y ese día volverán
nuestros amores de nuevo,
y tus labios mojarán
la sequía de mis besos.
Y tus abrazos fundidos
en la orfandad de mi pecho.

Por eso viajo sin penas,
para esperar que tu Amor
de nuevo llene mi cuerpo…

© 2015  J.I. Salmerón