Tú nublas mi pensamiento
cuando a tu lado paseo.
Pendiente siempre de ti
a cada paso que demos.
Pierdo la concentración,
aunque el deseo va intacto.
Pierdo también ese sol
cuando haces sombra a mi lado.
Y mientras, en fila india,
cientos de hormigas trabajan
cargándose a sus espaldas
los víveres del invierno.
Mientras nosotros, cigarras,
cargamos tan solo el sol
y nos pasamos la noche
ociosos tomando el fresco.
Y sigue mi pensamiento
clavándose en tu mirada
sin dejarle a mi rimar
juntar pasión con palabras.
Cuarenta y seis pasos más
y no hay forma de frenarlo.
Esa fragancia de flores
cuando se acercan tus labios…
¡Un petirrojo volando…!
Puede que sea un jilguero
acercándose a su nido
lleno de plumas piando.
Vuela del campo a sus crías,
en su pico el alimento
que hará que pronto abandonen
su casa y salgan volando.
Ya he desistido en pensar,
no hay forma de concentrarme
cuando traviesa, tu mano,
coge la mía en el aire.
Me abandono a tus encantos,
me dejo llevar tan lejos
como me lleven las plumas
de mi disfraz de jilguero.
Recuperando la fuerza
cargo el Amor a mi espalda
mientras la fila de hormigas
aplauden a mi llegada.
Mañana, si tú no vienes,
volveremos a intentarlo.
Porque si estás a mi lado
no hay verso ni rima alguna
que se interponga a tu encanto.
…Quizás fuera un verdecillo
en lugar de ser jilguero.
¿Y las hormigas…? ¡Esas sí…!
Pequeñas de cuerpo negro…