Viajar junto a mí

Siempre viaja delante,
junto a la ventanilla.
Siempre viste de blanco,
le contrasta su piel.

Siempre mirada ausente,
con sus sueños perdida.
Siempre mira a lo lejos
por si le vuelve a ver.

Pero en cada parada
que pasa por su vida,
no hay rastro que le diga
donde está su querer.

Y de nuevo sacando billete
para un nuevo viaje.
Y de nuevo un asiento vacío
que se encuentra otra vez.

Y de nuevo se hunde la risa
que habitaba en su cara.
Y la lágrima que hay encerrada,
se dispone a volar.

Su tesón no le deja
ver que luego hay un bosque.
Ella solo ve el árbol
que le impide mirar.

Es como ola de playa
que se enreda en la arena.
Sin darse cuenta apenas
que hay que volver al mar.

Si ella diera la vuelta…
¡Si mirara que yo siempre voy a su lado!
Si ella se diera cuenta…
Si pensara que yo puedo en su sueño estar.

Y de nuevo llegamos
al fin de parada.
Yo me bajo en silencio
y ella no me va a hablar.

Y de nuevo las ganas me traigo,
hoy tampoco le pude decir…
Que si ella quisiera,
hay un sitio que yo siempre guardo.
Hay un sitio vacío a mi lado
por si quiere viajar junto a mí…

©2018  J.I. Salmerón

 

Ser tiempo

Era amante de la madrugada.
Era sombra de todo silencio.
Era, de las velas, la apagada.
Era llama del Amor eterno.

La conquista de cada llanura.
El reflejo interno del espejo.
La flor que brotaba en el asfalto.
La madre besando a su pequeño.

Siempre en cada esquina era presente.
Siempre en cada página, comienzo.
Siempre en primavera era la lluvia.
Siempre en la tormenta, el rayo intenso.

Es lo que tiene el momento…
Es lo que tiene la esencia viva
de los segundos que van corriendo.

Es lo que tiene la magia
de cada paso, de cada intento.
Es lo que tiene ser tiempo…

Era la vista de los testigos.
Era la imagen de aquel recuerdo.
Era la noche de luna llena.
Era caricia sobre los cuerpos.

La playa llena de sol y arena.
La mesa alegre donde comemos.
El río grande por la explanada.
La nieve fina de los inviernos.

Siempre en cada verso era la rima.
Siempre en cada paso, el paso inverso.
Siempre de la sangre, el corazón.
Siempre la pasión en cada beso.

Es lo que tiene el momento…
Es lo que tiene ser siempre el alma
de cada instante que vas sintiendo.

Es lo que tiene llevar por dentro
segundos, minutos, y viento.
Es lo que tiene ser tiempo…

©2018  J.I. Salmerón

 

Sombra de tus huellas

Yo fui sombra de los pozos de tus huellas.
Yo fui sombra de tu tarde.
Sombra de tu verde tallo.
Sombra soy de tu recuerdo…

Un grano más en la playa de tu vida.
Solo fui un grano más
a la sombra de tus pies,
entre tanto grano que te mira.

Siempre esperando a tu pie descalzo.
A que el roce de tu piel
contactara nuevamente
con la punta de mis manos hechas grano.

Siempre viendo que se alejan tus caderas,
que se mueven y cimbrean
como brotes de la hierba
que en la arena se abre paso.

Yo fui sombra porque el sol me fue marcando,
porque se hunden mis ideas,
y mis ganas de tenerte,
bajo el viento racheado.

Y fui sombra para ti,
por tocar tus pies descalzos.
Por oler, en tu perfume,
cuando tú me has olvidado.

Yo fui sombra debajo de tu nariz
cuando el sol está en lo alto.
Cuando el cuerpo, que te cubre por entera,
en la arena se ha tumbado.

Y es ahí cuando yo entonces aprovecho.
Y recorro con mi oscuro tu regazo.
Y mi sueño es que te beso,
si me cuelgo de tus labios.

Yo fui sombra de tus huellas,
no pude caer más bajo.
Pero fue la única forma que tenía
de tenerte a ti a mi lado…

©2018  J.I. Salmerón

Hubiera sido

Hubiera sido sol
para quererte muy temprano.
Hubiera sido norte
por si no sabes dónde ir.

Hubiera sido espacio
y así abrazarte todo el rato.
Hubiera sido silla,
por si te cansas, estar ahí.

También hubiera sido
la calle larga y estrecha.
La que, cuando tú pasabas,
tocabas sin querer.

Así te hubiera olido
cuando de mí pasaras cerca.
Así hubiera sentido
el roce añorado de tu piel.

Hubiera sido el mar
rompiendo con mis olas
en tu desnudo cuerpo,
flotando sobre mí.

Hubiera sido playa
donde pasas las horas.
Donde descansa tu cuerpo
soñando junto a mí.

Y por haber querido,
yo hubiera deseado
ser el rojo vestido
que tanto me gustó.

Y así poder tenerte
tan cerca y tan a mano,
todo el día besando,
y rozándonos los dos.

…Por no cansarte con lo que te digo,
lo que yo de verdad
por ti siempre he querido,
era vivir contigo una pasión…

©2018  J.I. Salmerón

Tocarse con el recuerdo

Después de tanto quererte
aprendí que nuestro Amor
era tenerse de lejos,
tocarse con el recuerdo.

Era como dos orillas
de un río ancho y profundo.
Como un abrazo en el aire
sin pecho donde me hundo.

Es la distancia un penar,
una ilusión que no llega.
Es la estación de un invierno
en busca de primavera.

Solo la imagen robada
de aquellos buenos momentos
es la que guarda el bolsillo
sufrido del sentimiento.

No es bastante con Amar…
No es suficiente querernos…
Siempre estará este vacío
que hoy es mi fiel compañero.

No puedo contar en pasos
la distancia hasta tus besos.
Serían mares azules
sin playas en sus extremos.

No puedo contar en días
las ganas que hay por tenernos.
Los siglos no son bastantes
para contener recuerdos.

Cuando lo tapan montañas
el horizonte se pierde.
Incluso el sol se va antes,
como tu Amor y mi suerte.

Después de tanto quererte
me siguen entrando ganas
de saltarme esta distancia
para ser mar y tú playa…

© 2017  J.I. Salmerón

Cautivo

Siempre me cautivó tu corazón,
con ese palpitar que va marcando.
Como reloj de cuerda marca el paso
con sus agujas juntas avanzando.

Siempre me enamoró tu dulce risa
con esos dos hoyuelos a los lados.
Como si fueran pozos de deseo
y mis monedas fuera allí lanzando.

Me gusta ver tus ojos acostados
y cuando en la mañana se levantan,
inundando de luz con su mirada
cada rincón oscuro de mi alma.

Me gusta el movimiento de tu pelo
como si de un columpio se tratara.
Me gusta cuando rozas mi deseo
al verte caminar sobre la playa.

Siempre fuiste ese sueño favorito.
El dulce que corona cada tarta.
La flor que alegra todos los caminos.
La música que encierra una balada.

Siempre la realidad de cada cuento.
La puesta de mi sol de luz dorada.
El agua fresca que bebo sediento.
El árbol que da sombra a mi morada.

Y yo detrás de ti
pendiente de sentir,
hasta que descubrí
que tu boca no estaba.

El beso marchitó,
murió la última flor.
Yo sigo en el rincón
por si tu voz me llama….!

Siempre me fascinó la sensación
al verte atravesando mi memoria.
Y siempre esperaré que tú regreses
en cada amanecer que estoy a solas…

© 2017  J.I. Salmerón

Tan distintos

 

Cómo te puedo querer
siendo los dos tan distintos.
Tú blanco, yo siempre tinto.
Tú rosa, y yo clavel.

Caminos sin un destino
donde nos junte el andar.
Yo monte sobre un pinar,
tu asfalto sobre un ladrillo.

Ni el aire con su soplar
empuja igual de incesante,
para ti lo hace delante
y a mí me sopla detrás.

Puede ser que compartamos
la misma puesta de sol,
o la estela de ese avión
que desde tierra observamos.

Porque a ti te gusta el mar
con su agua azul y brava,
y a mí me gusta la playa
cuando sus olas se van.

Qué quieres que yo te diga
si a ti te va el madrugar
y a mí la noche estelar
con su luna como amiga.

Lo mismo es que coincidimos
a la hora de comer,
en el color del mantel,
o en el postre que pedimos.

Que en lo que sí coincidimos
es en lo del apetito,
en besarnos despacito
y antes de hablar repetimos.

Hay veces que en esta vida
se juntan agua y aceite
aunque al final, de repente,
se acabe en corteza y miga.

Pero así hay más emoción,
sin saber el argumento
que viene a cada momento,
sin conocer el guión…

©2017  J.I. Salmerón

Tu reflejo

Descansa sobre el agua su reflejo
como tu voz descansa en mi memoria.
La vida dando vueltas en la noria
donde un día empezamos a querernos.

Descansan en la playa quince besos
que en las noches de agosto nos robamos,
bajo estrellas celosas nos amamos,
sobre la arena escondimos los cuerpos.

Así fue nuestro Amor,
imagen de un espejo
donde quedase preso
y sufriendo el corazón.

Borrosa realidad
apenas definida
donde al final, perdida,
murió nuestra pasión.

Tus ojos, como el lago, eran reflejo
de aquel Amor que tus brazos guardaban,
de aquel rozar de labios sin palabras
que envuelto en suspirar hicimos preso.

Así va nuestro Amor, perdido al alba.
Así fue el comenzar de nuestro cuento,
llenando cada página en momentos
donde nuestro final perdió la calma.

Quisimos comenzar
volviendo a hacer historia,
borrando en la memoria
la imagen del cristal.

La vida es el lugar
donde cualquier espejo
devuelve en su reflejo
instantes de tu amar.

Tumbado está el reflejo sobre el lago,
y en mi memoria,
que hoy te ha recordado,
está tu corazón…

©2017  J.I. Salmerón

En la arena

 

…Aún recuerdo su cuerpo tumbado sobre la arena.
Cómo sus curvas cerradas le hacían
a cada ola la competencia.

Recuerdo cómo brillaba queriendo apagar el sol.
Cómo marcaba su piel morena,
de otras iguales, la diferencia.

Yo paseaba buscando un velero en el horizonte,
la mirada perdida y ausente,
y mis pies caminando sin norte.

En la orilla mojada dejando mis huellas profundas,
donde van a parar mis deseos
como si se escavaran su tumba.

De repente la vi, como naufrago avista su isla.
Con la misma emoción que supone
descubrir que en la luna haya vida.

Y no pude apartar de mis ojos sus ojos de mar.
Y ese brillo de joven sirena,
y ese cuerpo flotando en la arena.

Se detuvo un momento ante ella mi paso perdido.
No había ruido de mar que meciera,
como hacía un momento, mi pena.

¡Mírala…! Espera a que llegue a su piel mi deseo.
¡Que mis labios pronuncien su nombre…!
¡Que mis dedos recorran su cuerpo…!

Y así, mi corazón cabalgaba loco su paso,
como loca mi vida se altera,
como mi respirar no se frena.

Al final, descubrí como siempre que era otro sueño.
Que no había más cuerpo en la playa
que el que yo imaginé con mis versos.

Y de nuevo mis pasos en la arena a esconderse.
A buscar nuevamente el velero
que mantenga flotando mi sueño.

…Aún recuerdo su cuerpo tumbado en la arena,
y el dolor que sentí por perderla…

© 2017  J.I. Salmerón

Esperando junto al mar

Juan I. Salmerón

 

“Fuiste mi primer Amor
aunque tú no lo supieras.
Asomando en la tormenta
fuiste mi rayo de sol.

Por más que estiré mi Amor
no llegó nunca a tocarte
y no consiguió alcanzarte
mi abrazo en tu corazón…”

Siempre recitas lo mismo.
Siempre en la tarde a esperar
al borde del viejo mar
a que volviera contigo.

La tarde, su luz en calma.
La brisa del horizonte
tumbada sobre poniente.
Tu imagen es recortada.

Oteas si al fin la vista
de tus ojos sobre el mar
traen a ese Amor que ahora está
allende de las montañas.

Y solo el agua de sal
regresa sobre tus ojos.
Solo los sueños ya rotos
a tu piel sientes llegar.

Esas olas de ansiedad,
ese mar y su profundo
que recorren hoy tu mundo
ahogándote de esperar.

“Seguiré todas las tardes
volviendo al caer el sol
mostrando mi corazón
a la playa de tus mares.

Tu Amor, como ola a su playa,
llegará una madrugada
del mar que trae tu mirada
volviendo a llenar mi alma…”

Y allí seguiste esperando
aquel barco del Amor
entre las puestas de sol
de días, meses y años.

Allí se acabó tu mundo,
al borde de aquella tarde
donde junto al mar miraste
zozobrar tu Amor sin rumbo.

© 2017  J.I. Salmerón

Te fui a buscar

Juan I. Salmerón

 

Te fui a buscar…

Donde el destino
no nos quiso tener en cuenta.
Donde el Amor
nos olvidó y se dio la vuelta.
Donde quisimos ver el mar
y solo encontramos
rabia y dolor
playa y arena.

Te fui a buscar…

Sobre la cama
de esa habitación revuelta.
Entre las sábanas
donde al final nos dimos cuenta.
Que a pesar de amarnos
era un Amor
de papelera.

Te fui a buscar…

En ese banco
del final de la calle en cuesta.
Donde tus besos
de mi boca eran siempre fiesta.
Donde nos juramos
siempre reír
aunque haya penas.

Te fui a buscar…

Y no encontraba
de ti ni siquiera respuesta.
Siempre cerrada
estaba para mí tu puerta.
Y fue tanto el dolor
que el corazón
Paró mis venas.

Te fui a buscar
sin darme cuenta
que nuestro Amor
fue una quimera.

© 2016  J.I. Salmerón

Uno tras otro

Juan I. Salmerón

 

Uno tras otro los días
como losas van cayendo
acumulándose encima,
sobre la espalda del tiempo.

Y el ayer se hace más grande,
la historia crece en recuerdo.
Los árboles envejecen
y siento más frío el viento.

Atraso con mi mirada
el paso de los momentos.
Mi mano tapa el reloj
Intentando detenerlo.

“Cerrando fuerte los ojos…”
me dijo una vez un viejo,
“…podrás parar el mañana,
no verás pasar el tiempo…”

Pero solo oigo un susurro
que me dice, si los cierro:
“Deja que pase el mañana…
Deja que te atrape el tiempo…

Deja que pasen los días
que te traerán del silencio
las horas llenas de vida
que vestirán tus recuerdos…”

Uno tras otro los días
atrapan todo mi cuerpo,
hacen más hondo mi ser,
son más profundos mis versos.

Me siento en un banco a ver
pasar mi vida corriendo
desde la playa de ayer
a un mar profundo e incierto…

© 2016  J.I. Salmerón

¿Recuerdas…?

Juan I. Salmerón

¿Recuerdas…?
Nos vimos dentro de un sueño.
Un sueño mientras dormías,
un sueño que era tu sueño.

Aunque tantos son los días
que pienso en él y me digo
que yo sé que te toqué,
que fue tan real querernos…

Olía tan bien tu pelo…
Y tu camisa tan blanca
como esa luna de nácar
cómplice en nuestros encuentros.

¿Recuerdas…?
Tú mirabas a mis ojos
y los tuyos, color bosque,
en mi mar eran dos remos.

Y fue tan cierto ese abrazo
que no lo podrás negar,
y tu pecho, el palpitar,
marcado dejó mi pecho.

No quisimos informar
a la gente de este sueño,
era nuestro secreto
y nadie puede saberlo.

Dime que recordarás
cada uno de mis besos
como yo llevo marcados
tus labios en mi recuerdo.

Que yo te sigo sintiendo,
que yo a ti te sigo viendo
dibujando un corazón
con mi nombre escrito dentro.

¿Recuerdas…?
Como un día al despertar
tú eras playa y yo tu mar
y fue realidad el sueño…

© 2016  J.I. Salmerón

Amaneció…

Juan I. Salmerón

Amaneció y todo empezó de nuevo.
La luna se fue a dormir.
Tus besos en el cajón.
Y hasta el mirar de tus ojos
perdió su brillo de Amor…

El ruido, al nacer, rompió el encanto
que el silencio nos brindaba.
El perro se echó a ladrar.
La cama desordenada
que invitaba a abandonarla.

No hubo tiempo de hacerlo una vez más.
El abrazo fue tan corto
que apenas pude notar
si el palpitar que escuchaba
era de carne o cristal.

Sin tan siquiera rozarnos la piel.
Que solo los ojos, manos
al mirarnos, se tocaron.
Que todas las ganas, solas
en la cama, se olvidaron.

Y se acercaron mucho las almas
cuando en la escalera, al subir
tu corazón y al bajar yo
con parte de mi pasión,
sin quererse se cruzaban.

Amaneció… Y el sueño, tan corto
como esta vida sin ti,
se murió sin esperanza.
Como las olas sin mar…
Como la mar sin su playa…

Y todo empezó de nuevo al volver
la noche llena de ganas.
Brillaba fuerte la luna.
Tus besos sobre la cama.
Y en tu mirada el Amor
brillando en la madrugada…

© 2016  J.I. Salmerón

Adrián

260 (2)

«A mi recién nacido sobrino Adrián…»

De la tarde es el sol que se aleja
al pasar las montañas,
como sé que es el agua, al llover,
de la nube en tormenta.

Del vaivén que el océano mece
es la ola en la playa.
De la flor de la rama de un árbol
es el fruto que cuelga.

Hoy llegó vuestro sol
como lluvia al frescor
y una ola cubrió
vuestra playa de Amor.

Y a la sombra del árbol que crece
con fuertes raíces
le ha brotado una rama de Amor
que tendrá vuestros frutos.

Diminuta es la flor que ha nacido
en la rama de vida
pero al sol, con la lluvia y Amor,
será fruto maduro.

Es su lloro el cantar
de una estrella fugaz
que nació, como el sol,
sobre olas de mar.

© 2015  J.I. Salmerón

Tengo ganas de besarte

Juan I. Salmerón

 

Sabes…

Tengo ganas de besarte,
pero ni aupándome llego.
Y es que es tanta la distancia
que separa nuestros miedos…

Es tan largo ese camino
que con sombras se ha cubierto,
que vuelve su caminar
en triste destino incierto.

Es verdad…

Que entre los dos hay un mar
y tú y yo islas de lejos
con playas sin habitar
que solo comparten vientos…

Y desde el acantilado
te mando en botella un beso
porque no sé si tus labios
guardan aún su recuerdo.

Añoro…

Como tus labios me hablaban
cuando besaban mi cuerpo.
Aún noto en mí su sabor
de Amor diciendo: “te quiero…”

Son tantas las ganas presas
que de besar llevo dentro
que el monte que nos separa
convertiría en paseo.

No temas…

Que al final te encontraré
aunque nos empuje el tiempo,
aunque tenga que crecer
para llegar a tus besos.

Y entonces serán los ojos,
nuestros labios, nuestros cuerpos,
los que nos regalarán
miradas, abrazos, besos…

Sabes…

Tengo ganas de besarte
y ni aún saltando yo llego…

© 2015  J.I. Salmerón

Me gustó…

Juan I. Salmerón

 

Me gustó ser playa y sol.
Me gustó ser horizonte.
Me gustó ser blanca vela
que sobre velero sueña
surcar un mar sur a norte.

Me gustó ser agua y sal.
Me gustó ser nube errante.
Disfruté siendo la espuma
que cabalga bajo luna
subida en ola gigante.

También me gustó ser campo,
y brizna de hierba verde.
Atardecer reflejado
en aguas de río en prado
mientras el día se pierde.

Me gustó ser monte y piedra.
Fui de noche lobo aullando.
Me gustó ser luz de rayo
en tormenta de verano
que rompe el cielo atronando.

Fui sombra de una Alameda.
Agua de una fresca fuente.
Beso que se da a escondidas
esa pareja que anida
en Amor adolescente.

Me gustó ser fiesta y baile.
Me gustó ser luz de estrella.
Me gustó ser el abrazo
de la amistad que añoramos
y tardamos tanto en verla.

Yo también fui ese camino
que al ocaso no se ve.
Rojo, amarillo, naranja,
los cielos pintaba al alba
forjando el amanecer.

Me gustó ser como un sueño.
Quise hacer hoy el ayer.
Yo quise volverme tiempo,
poder detener momentos,
pero no lo supe hacer.

Que el instante no es un buen preso,
tan solo deja recuerdos,
no se puede detener…

© 2015  J.I. Salmerón

Se está inundando de llanto

008

 

…Se está inundando de llanto
el tejado de mi casa.
Como lágrimas del cielo,
chocan la teja y resbalan.

Y no se puede parar,
no hay pañuelo que recoja
el torrente lacrimal
que de los cielos desborda.

Puede que sea esa nube,
la que anoche andaba sola,
tan triste como una playa
esperando Amor de ola.

Que los amores que esperan
a que los besos regresen
se calan de las nostalgias
que sobre sus ojos crecen.

Con nubarrones tan negros
que araña el día a las noches
y cargados de recuerdos
de ríos nacen sus bordes.

Se humedecen las mañanas
con esas nubes de llanto.
Se ahogan sobre mi casa
los besos que quise tanto.

…Ahora espero a que escampe,
a que la lluvia no cale,
a que regresen tus soles
y que tus besos me empapen…

©2015  J. I. Salmerón

¡Volví de aquellos mares…! Tarea terminada.

317

Cerquita de nuestro mar, junto a la playa de arena…

¿Escuchas cómo las olas mecidas por la marea

se acercan para llevarte mis sueños de luna llena…?

Robustas son sus paredes, maciza piedra en la orilla

para que el mar, sus bravuras, apenas le hagan herida.

Con un gran patio adosado para corceles viajeros

que engalanados te lleven, como un delfín, mar adentro.

En cada esquina una almena, como faros centinelas,

para que veas desde ellas mi Amor dejando su estela.

Para que veas, de lejos, como me traen estos mares

al abrazo de esos besos que recibí un año antes.

…Mi sueño ya está cumplido: volver a verte otro año.

poder dejarte el castillo, esos dos corceles blancos,

Poder dejarte mis besos sobre tus besos clavados,

poder mecerte en mis sueños hasta que vuelva otro año…

Cerquita de nuestro mar, donde el Amor disfrutamos…

Junto a la playa de arena, donde un castillo forjamos…

 

Sí, ya ves, al final yo regresé y cumplí mi cometido, el que pedía mi Inés, y le regalé el castillo y me lo pasé tan bien…

Pues nada, que se acabó, que ya no hay arena blanca, ni cervecita ni sol, que la rutina me atrapa sin piedad, sin darme tregua, sin esperar que mi mente ya sepa dónde se encuentra, sin esperar que mi cuerpo se adapte a esta nueva era que empieza con este mes, con septiembre, el traicionero, que no entiende que el verano no se acabó en mi mente… ¡Sufrido sueño de verano ausente…!

A mí se me hizo muy corto, aunque he de reconocer que un poco de menos os eché y ya tenías ganas de volver, con la frente marchita por los rayos de sol, pero volver.

Gracias por la espera, espero contar de nuevo con todos vosotros para continuar con esta andadura que es escribir, pintar con luz y gozar…

¡Gracias a todos por estar…!

Especial mención hoy a los que han regresado de nuevo a casa, a los que han terminado, como yo, con su sueño de verano. Pero no temáis, que seguro que ahora empieza un sueño mejor, un sueño más cercano, un sueño de otoño, un sueño, quizás, más deseado…

¡Animo, que juntos haremos que ese sueño perdure en nuestro ser como un largo abrazo…!

¡Como un infinito y cálido abrazo…!

¡Bien hallad@s!

 

 

…Me acordaré de ti

201

…Me acordaré de ti
aunque solo sea un poco.

Me acordaré de ti
como de un lento pasear
sobre mis ojos.

Para llevarte dentro,
en lo más hondo.
Para llevarte lejos,
sobre mis hombros…

Me acordaré de ti
como me acuerdo del mar
cuando mece mi descanso.

Me acordaré que estás
esperando mi regreso,
como la playa espera
que las olas se fundan
en ella con un beso
y con un largo abrazo…

…Me acordaré de ti,
de tus locos besos,
de tus abrazos ciertos.

No temas…
Me acordaré de ti
en cualquier caso…

© 2014  J. I. Salmerón