Sobre las sombras

 

Sobre las sombras
crecen los puentes,
y en cada extremo la orilla
del río que los sostienen.

De piedras todas
tan abrazadas,
como si fueran amigas
por el tiempo separadas.

Crece en la sombra,
junto a ese puente,
junto a ese río de agua,
palos llenos de hojas verdes.

Los que contienen
bajo sus ramas
toda la sombra que adorna
cada paseo que daba.

Y bajo el puente
se resguardaba
el banco donde aquel día
vi a una princesa sentada.

¡Era de luz su sonrisa,
y de luna su mirada!
Era, seguro, otro sueño
que el río me regalaba.

En esas tardes
donde uno cree
que no es verdad lo que pasa,
que lo imagina su mente.

…Sobre el recuerdo
la risa crece,
y el sentimiento que abraza
al alma cuando anochece…

©2017  J.I. Salmerón

Tú eres abeja y su flor

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Tú eres abeja y su flor.
Eres río y eres puente.
Eres árbol y su nido.
Eres la luz, si es de noche,
que en mi recuerdo se enciende.

¡Si la vida fuera rosa
seguro que tú serías
el bote con el color
y la brocha que la pinta!

Tú eres la reina del cuento.
Soberana de mi Amor.
La princesa de mi reino
y yo peón de deseos
dando la vida por vos.

¡Si la vida fuera un mar
con olas de empuje incierto,
tú serías barco a vela
navegando hacia buen puerto!

Tú eres hoguera y candor.
Eres la llama encendida.
La tarde llena de sol
que seca mi corazón
cuando se empapa de lluvia.

¡Si la vida fuera oscura
tú serías esa estrella
que nos guía en la distancia
dando luz a la vereda!

Tú eres la paz interior
que siempre buscan las dudas.
Eres final de camino
cuando mi andar se hace eterno
entre arboledas oscuras.

¡Si en mi vida no existieras,
si no te hubiera encontrado,
yo tendría que inventarte
y en óleo o barro crearte
para tenerte a mi lado…!

© 2016  J.I. Salmerón

Somos

Juan I. Salmerón

Somos constantes de un sueño
surcando los pensamientos;
volando sobre la tarde,
meciéndose en los recuerdos.

Somos dos granos de arena
buscándose en un desierto.
Somos la puerta cerrada
por la fuerza de los vientos.

Somos la vida pasada
que no encontró nacimiento.
La casa deshabitada
que solo le quedan ecos.

La huella que no se ve…
La palma en mano cerrada…
El puente que no crucé…
La bebida derramada…

Somos paredes de niebla
que separan nuestros cuerpos.
Somos bastones de ciego
palpándose desde lejos.

Somos la puesta de sol
que solo se ve de lejos;
la luna que llega tarde
a iluminar nuestros besos.

Somos cometa sin aire
siempre tendida en el suelo.
Somos gaviota de mar
en este río revuelto.

La vela sin encender…
La ventana siempre abierta…
El sol por amanecer…
La pared llena de grietas…

Somos… O no pudo ser…
Quién lo podría saber…
La esperanza siempre queda
enganchada entre la red
de aquel barquito de pesca…

© 2016  J.I. Salmerón

Yo quise amarte a solas y a escondidas

Juan I. Salmerón

Yo quise amarte a solas y a escondidas.
Desde tan lejos quise, Amor, amarte,
como puesta de sol en despedida
que alejada de luz se va en la tarde.

Aún quiero que tu cuerpo sea mío,
y tus abrazos nuevamente cárcel,
pero en esta distancia soy cautivo
y el largo caminar me vuelve errante.

Soy mar en un invierno sin sus olas,
arena que se va con la marea,
y tú sigues tumbada en esa playa
donde tu cuerpo fue isla y bandera.

Hoy somos como luces de una estrella,
distantes en el cielo, separadas,
pero de lejos veo yo tu brillo
y tú ves mi brillar, que te acompaña.

A solas y a escondidas, a distancia,
que no tengo otra forma de quererte.
Así va caminando, en la esperanza,
las ganas que mi Amor tiene por verte.

Pero este, nuestro Amor, será victoria
y el río que hoy separa, tendrá puente.
Y tu tierra y mi tierra, tan lejanas,
juntas verán crecer nueva simiente.

Por eso no dejamos de pensarnos.
Por eso nuestro Amor sigue escondido.
Y a solas, en recuerdo, nos besamos,
hasta que esta distancia sea olvido…

© 2015  J.I. Salmerón